Los que no nos hemos dedicado a la política ni nos dedicamos a ello y hemos vivido fuera, pero tan navarros como ellos, nos quedamos atónitos viendo que en el Parlamento, donde colocamos a esos señores y señoras de las que nos sentimos orgullosos, que ya era hora de que estuvieran en el Parlamento tantas y tan buenas. El caso que nos ocupa: Mañeru. Un pueblo que el Ayuntamiento en pleno pide que le dejen de secuestrar en la zona que no se siente vascófona o semi vascófona y se lo deniegan, Vayan ustedes a explicar qué es eso y, si llegan a entenderlo, no se reirán a la cara del Parlamento por educación. Lo que extraña sobre todo es que habiendo tantas mujeres, que sabemos de su sensibilidad y puesta en pie de lo práctico y natural, salgan a flote ese tipo de decisiones contra natura. Analizando: un partido que se llama Unión del Pueblo Navarro y dice ser altavoz de su pueblo: sin comentarios, porque no hay por dónde cogerlo. El Partido Socialista, con el mantra engañoso políticamente y racionalmente con aquello tan elástico y viscoso, como eso de la realidad sociopolítica que no se la creen ni ellos, porque si no enseñas algo en las escuelas, o no enseñas, es la realidad sociopolítica. Y los vascófonos: que es el momento de aclarar de un vez por todas por dónde va cada cual. Todos juegan al engaño de las próximas, inmediatas, elecciones. Política. Todo menos el fondo del asunto. El euskera. Lengua de origen navarro, nuestra, que no interesa a los que defienden otra cosa. Sí a los navarros.