Desde hace unos años está de moda poner en la entrada de los pueblos y ciudades el cartel en el que se anuncia que en la localidad no se aceptan agresiones sexistas.  

En Arróniz hay un cartel morado con este mismo slogan político. Sin embargo, el señor Ángel Moleón, alcalde de Arróniz con el PSN, puso el cartel, pero no respondió a una agresión de esta dimensión sucedida en un servicio público, a pesar de enviarle numerosos mails y llamadas para sugerirle reunirnos para que ese cartel no fuese una mera herramienta de mercantilización de causas sociales sino un instrumento para facilitar la vida de las personas. Su respuesta, tras explicarle lo sucedido fue: “en este pueblo no pasa eso”, “este ayuntamiento está muy comprometido con la causa”. Estos son otros slogans vacíos de contenido y sin compromiso social real. ¿Como es posible que esté el cartel en la entrada pero que no exista un protocolo público? ¿Como es posible que se le informe de lo sucedido y el señor Moleón dé esta respuesta?  

Eso sí, el cartel sigue en la entrada del pueblo, se reparten pulseritas con el lema en Arróniz no se admiten agresiones sexistas, y el señor Moleón tiene el valor de plantear en el Día de la Tostada 2023 que el territorio rural abarca el 85% del territorio y el 20% de la población y que hay que prestar atención al dato.  

Así es, señor alcalde, nos vamos. Nos vamos porque no nos escuchas, aunque nos hagamos escuchar. Muchos tenemos que abandonar nuestras raíces, refugiarnos fuera de casa, porque estas cosas pasan y poner un cartel en la entrada no ahuyenta al mal del territorio.