Coincidiendo con la fiesta de San Fermín, comienzan como cada año a surgir las clásicas conversaciones entre amantes y detractores del uso y explotación de los animales a lo largo de estas fiestas. 

Los detractores son acusados de no respetar la tradición y el poder disfrutar de ello. Sin embargo, a todos los que siguen dicha tradición y participan de ella, recordarles que para pedir respeto, primero deberemos respetar. Respetar al toro, excepto que bajo un punto de vista negacionista consideremos a este animal como un objeto, cosa, o ser inanimado que no tiene ninguna capacidad de sentir o sufrir, como sí ocurre con el ser humano.

La ciencia viene demostrando las capacidades sensoriales de estos hermosos animales. Ya sea dentro del coso taurino o durante el recorrido del encierro, diversos veterinarios oficiales emiten con frecuencia multitud de informes que apoyan dicha argumentación. Por eso, señoras y señores que se rasgan las vestiduras y ponen el grito en el cielo por creer que se les pretenden coartar sus libertades, hagan lo propio y dejen libre al animal que va a ser ejecutado. Respeten al toro.

Presidente y miembro de la Asociación de Naturaleza Animal