140 periodistas muertos en 2023. Eso tiene otro nombre: asesinato de la democracia. Los analistas políticos analizan, escudriñan en los movimientos sociales y políticos mundiales para analizar las tendencias mundiales. Este es un dato muy significativo de la situación y hace falta poco más para concluir que quien mata a un periodista, a un informador, y en este caso hablamos de 140, están matando la libertad, sea yanki, judío, árabe, israelí, ucraniano, georgiano o del barrio de la Chantrea, de Artajona o de Gaza.

Y en ese punto estamos, mientras aireamos datos, estadísticas, muertos en las guerras, armas, negocios. Las guerras se montan para sostener y aumentar los negocios, no a la inversa. El cebo, la trampa es  que crean puestos de trabajo, seguridad, fuerza, poder, dominio. El cuento de nunca acabar. El que estorba se le elimina y se acabó. Así de sencillo. No tienes más que sentarte y ver pasar el cadáver de tu enemigo. Película completa. Ver el final del último capítulo y la desfachatez de unos tipos como Biden, yanki, católico practicante y líder de la democracia mundial, Trump, Putin. A otro perro con ese hueso.