Este 9 y 12 de mayo son días muy tristes y muy duros para el carlismo y en especial para el Partido Carlista.

En esta fecha hace ahora 48 años se cometió uno de los mayores crímenes contra la democracia y la casi destrucción de una organización política que molestaba al régimen. Este atropello fue cometido con el amparo y la participación directa de las más altas instancias del Gobierno español , como así se lo han demostrado los documentos entregados al Partido Carlista.

La gravedad de estos hechos no tiene nombre pues se ametralló a todo un pueblo desarmado que iba rezando un Vía Crucis (25.000) y que lo único que exigía y luchaba era por las libertades democráticas para todos. Pero no se les dejó avanzar por ese camino.

Se les cerró el paso y para colmo de los atropellos e injusticias hacia el pueblo carlista no se le legaliza y encima no se le permite participar como Partido Carlista en las primeras elecciones que llaman democráticas.

Todo esto con la venia de la llamada izquierda democrática y por supuesto también de la derecha. Pues no, señores, no fueron democráticas porque no se legalizó a organizaciones como Izquierda Republicana, M.C., O.R.T. y el Partido Carlista.

Esto fue el ametrallamiento por segunda vez de todo un pueblo que no entendía semejante canallada y en este caso con la colaboración y el mirar para otro lado del llamado Régimen del 78. Este no respetó nunca en ningún momento los acuerdos contraídos en las plataformas democráticas constituidas a lo largo de todo el Estado que estábamos luchando contra la dictadura franquista.

Esto sí que es un verdadero fango de la mentira y de la corrupción contra la democracia planificada por los de siempre y contra los de siempre. A todo esto habría que añadir el hecho muy grave y clarificador de que entre los mercenarios que actuaron en Montejurra 76 se encontraban presentes varios miembros de los GAL, ¿para qué? ¿secreto de Estado? ¿ No hay ningún juez o fiscal con calidad humana y democrática que quiera conocer los documentos?

Está carta va dedicada a mis mayores y sobre todo a todas las personas que han luchado por la libertad y en especial a los dos compañeros que en lo mejor de sus vidas los destrozaron, nos destrozaron.

Secretario general federal Montejurra 76