Tengo que lograr un ascenso, decía una y otra vez en mi cabeza. No podía controlar ese ruido. Sea el enunciado o la palabra que sea, incluso un recuerdo que nos ha dejado paralizados, cambia de actividad. ¿Suena fácil verdad? Obviamente resulta muy difícil despejar la mente cuando estamos atrapados por la ansiedad. Pero si en vez de decirte a ti mismo, deja de pensar, escuchar o sentir una sensación desagradable, directamente, cambia de actividad. Estos episodios son más frecuentes de lo habitual. ¿Cuántas veces hemos pensado que estamos locos

Llama a un familiar, a un amigo. Respira de cuatro a seis veces aguantando el aire antes de expulsarlo. Recuerda que si estás más ansioso de lo normal, las respiraciones deben ser más largas que las inspiraciones. Si tenemos una ansiedad disparada, nuestro cuerpo somatiza esa ansiedad de las maneras más inverosímiles posibles, además las más comunes, la falta de aire y el dolor en el pecho. Yo sufro ansiedad extrema y necesito tomar una medicación, pero la medicación no lo abarca todo. Me sirve para dormir y mantener un mayor equilibrio emocional. Debemos buscarnos actividades y socializarnos. Alcanzar un profundo conocimiento de nosotros mismos. ¿Qué situación nos altera? ¿Cuál nos relaja? Y así hasta el final, pero al mismo tiempo, no debemos de patologizar lo que nos ocurre.

Llevo unas semanas con la ansiedad disparada y he llegado a pensar que tengo problemas cognitivos. Pues no es cierto. Si estás en modo alerta en todo momento y estás nervioso ante una comida en la que te vas a exponer, ve a esa comida. Puede que no acabes tus frases o que pienses que alguien te ha dicho algo para molestarte. No reacciones. La ansiedad puede ser incapacitante. No es estrés. La ansiedad es una enfermedad que debe ser tratada. La ansiedad genera perturbaciones que hacen que tengamos miedo a episodios que pueden ocurrir o no. Ante lo imprevisible. El miedo “sano” nos perturba frente a un acontecimiento que estamos viviendo en un momento puntual. Podemos racionalizarlo.