Hay una palabra que resume lo que quiero transmitir: Gracias. Esker mile. Gracias por estos 42 años y medio de trabajo, de experiencia y de aprendizaje. Gracias porque en el año 1981 una comunidad de religiosas, Hijas de la Caridad, que en esa época eran las responsables del cuidado de los y las residentes, confiaron en mí y me dieron la oportunidad de trabajar en esta casa. Gracias a todas las compañeras y compañeros por todos estos años de convivencia, de trabajo en común donde cada uno ponía lo mejor para intentar que nuestros residentes se sintieran como en "casa".
Gracias a todas las personas que he podido conocer desde el cuidado, desempeñando mi trabajo. De todas he aprendido. Gracias a los actuales residentes porque en mis últimos días de trabajo tuvísteis gestos y palabras cariñosas hacia mi persona. Gracias a vosotros, compañeros y compañeras, que seguís día a día con esta labor haciendo la vida más agradable a los residentes. Por último, gracias por esta oportunidad a la dirección de celebrarlo y manifestarlo. Esta "casa" siempre estará conmigo. Gracias. Eskermile bihotz bihotzetik.