En 1985, el Parlamento de Navarra aprobó por unanimidad la ley foral que establecía el Día de Navarra en la fecha del 3 de diciembre, festividad del navarro universal Francisco de Javier. Desde ese tiempo, el Gobierno ha promovido la celebración de conciertos de coros y más tarde de coros y bandas por todo el territorio, de Cortes a Bera y de Roncal a Viana, llegando en algunos años a cerca de 100 actuaciones. Los ayuntamientos han ayudado cediendo locales o allí donde no había, gestionando el uso de iglesias para que pudieran celebrarse estos conciertos que comenzaban con el Himno de Navarra cantado en castellano y/o euskera o en versión instrumental. Unos 2.000 músicos y cantantes se han visto concernidos por este programa y son varios miles los ciudadanos que asisten a ellos.

Ahora, el Gobierno de María Chivite ha anunciado que este año no promoverá estos conciertos, a pesar de que la Ley Foral de 1985 establece que el Gobierno de Navarra “organizará los actos pertinentes”. Además, el vicepresidente primero, Félix Taberna, dice que no se suprime nada pero que no habrá conciertos y que está muy bien que la ciudadanía lo haga por su cuenta. No sé si nos quiere tomar a todos por imbéciles o no le importa nada este asunto. Señores Chivite y Taberna, son ustedes unos fenómenos. Nadie ha logrado nunca enfadar a tanta gente por tan poco dinero. 

Si el Gobierno incumple en este tema lo que establece la ley, ¿qué será lo siguiente? ¿Que la ciudadanía se automedique suprimiendo los servicios de Sanidad? ¿Que la gente estudie por su cuenta o pavimente caminos y carreteras?

Señora Chivite, señor Taberna, etcétera, rectifiquen, que dicen que es de sabios, o váyanse y dejen lugar a otras personas que tengan mayor conocimiento y sensibilidad hacia la realidad social de Navarra. El 3 de diciembre sería una buena fecha para hacerlo.

*El autor es coralista