Cuando caminamos por la calle, es muy frecuente encontrar grupos de 3 ó 4 personas (sobre todo de cierta edad, jubilados la mayor parte) que el tema de conversación es la salud, de las listas de espera, de cómo me ha salido la analítica, que me duele esto o aquello, etcétera. Y no digamos cuando una cuadrilla de amigos se junta a comer o cenar, lo que hace 10 años era impensable, la salud se convierte en tema de obligado cumplimiento.

Es la salud lo que más importa.

Tener un Sistema de Salud Público es un derecho pero también una suerte.

Dicho esto, paso a contar una experiencia personal.

En su momento, fui dirigida a Endocrinología, donde la doctora que me atendió, después de valorar una serie de pruebas, consideró oportuna la realización de un PET para que en Cirugía tuvieran más concreción a la hora de intervenir.

Días más tarde, recibí la citación del Servicio de Medicina Nuclear para la realización del PET con fecha 16 de octubre.

Ese día me personé en el citado servicio y al cabo de un rato salieron dos enfermeras para indicarme que no era posible su realización porque no habían llegado “los líquidos”. Que me volverían a citar.

A los días, volví a recibir la segunda citación, esta vez para el 13 de noviembre. Presenté una reclamación, sobre todo porque me pareció demasiado tiempo entre la primera y segunda citación. No tuve repuesta.

Llegada la fecha, me presente en el Servicio de Medicina Nuclear y esta vez sí. Me prepararon en una camilla con una manta para que no pasara frío, me pusieron una vía con suero y me dijeron que en media hora me pondrían el líquido. Una atención magnífica, el personal, como es habitual, atentísimo. Durante esa media hora tuve tiempo de relajarme y de pensar la suerte que teníamos de tener una buena sanidad pública.

Al pasar la media hora, entró en la salita la responsable del servicio, como se presentó, para decirme que lo sentía mucho (verdaderamente comprobé que lo sentía) pero que los líquidos por segunda vez no habían llegado. Que me citarían de nuevo.

Esta vez sí me dieron una explicación creíble. Por tratarse de líquidos para medicina nuclear, se tiene que preparar en laboratorios especializados, el mío en Madrid, y deben llegar el mismo día de la realización de la prueba. No puede ser el día anterior porque pierden eficacia, según me comentó.

Sigo a la espera de esa tercera citación.

Ante todo, quisiera dar las gracias a todo el personal de los diferentes servicios por su profesionalidad, atención y amabilidad.

¿Tendré la suerte de que a la tercera se consiga?