Los trabajadores de Glovo merecen un trato digno

Es curioso cómo hasta que no estamos contra las cuerdas no reaccionamos. Un día antes de que deba declarar ante el juez, Óscar Pierre, acusado de delitos penales contra los derechos de los trabajadores, anuncia que los repartidores de Glovo dejarán de ser autónomos y pasarán a ser asalariados con nómina. Hecho que debería ser así desde el principio y se le lleva exigiendo desde hace tiempo, pero nunca lo ha cumplido. 

Me parece injusto y denigrante que los trabajadores de Glovo tengan que enfrentarse a esta situación de precariedad laboral. Que no se les conceda un contrato, vacaciones remuneradas o bajas por enfermedad. Derechos que son cruciales y que no se deben negar. Este cambio, aunque tardío y forzado, debería ser un punto de partida para garantizar que ningún trabajador tenga que luchar por derechos que ya deberían ser inalienables. Es hora de construir un sistema más justo, donde la dignidad laboral no sea una concesión, sino una base inquebrantable.