Desde el 25 de junio hasta el 15 de julio del pasado año estuve ingresada en la habitación 212 (2ª planta) del Hospital Virgen del Camino. Desde el primer día hasta hoy agradezco profundamente a todos y cada uno de los distintos profesionales que me atendisteis con tanta dedicación, esmero, humanidad, cariño, suavidad, claridad...
Recuerdo cada mirada directa de realidad, verdad y humanidad de una de mis operadoras, a la que deseo que le vaya bien a su madre. ¡Qué ricas aquellas duchas! El personal no solamente cumple con su trabajo, va más allá. ¡Qué ricos los momentos de acompañamiento en cuanto podíais! Me sentí y me siento muy afortunada por la suerte de haberos tenido ahí.
Te agradezco a ti, de Beriáin; a vosotros, de Galicia; a ti, de Valtierra (qué bonita voz); a ti (iré a la cafetería de tu pueblo); a ti (qué buen susto te di una noche); a ti... no os nombro por no cometer el fallo de dejarme algún nombre. Gracias.