Es mi esperanza con estas líneas hacer ver a la ciudadanía el valor medioambiental que en unos pocos días hemos perdido.

Se ha tratado de dulcificar para dar apariencia sostenible, la gestión de una corta ha hecho que ha eliminado el 100% de los ejemplares de Populus Nigra de avanzada edad y gran porte en terrenos de la universidad privada de Navarra, hasta que dicha obra ha sido paralizada por falta de licencia para su ejecución.

Se ha dejado un gran espacio diáfano y vacío. No solo de los árboles que se han talado, sino de la gran cantidad de especies de insectos, hongos, y otros animales como los murciélagos, los pájaros carpinteros, los mochuelos, autillos y otras especies que necesitan para vivir, alimentarse y hacer sus nidos en árboles ejemplares, grandes y viejos. Se ha esgrimido la seguridad por bandera a la hora de realizar la corta a matarrasa. No voy a entrar a valorar si todos los árboles eliminados presentaban oquedades y riesgos para la ciudadanía. Siendo esto más que discutible. Pero de los más de cien, ¿no había uno solo sano? ¿Todos estaban enfermos? De todos los que estaban enfermos ¿ni en uno solo podía dejarse algo de fuste con entidad para alojar a toda la fauna dependiente? Espero que las labores de evaluación del arbolado superviviente sean realizadas de forma más rigurosa e individual y no como los ciento y pico apeados de forma colectiva.

Tambien se intenta maquillar la actuación con nuevas plantaciones de arbolado, supuestamente más idóneo, que atraerá a los animales que previamente han desalojado. ¿Cuántos árboles jóvenes de vivero harán falta para equiparar la copa, la sombra, la capacidad fotosintética para filtrar y purificar nuestro aire? ¿Cuántos años de carbono acumulado? ¿Cuántos arbolitos y cuántos años para igualar los beneficios ecosistémicos de un solo ejemplar de los ya talados?

Los árboles son una inversión en el tiempo. Necesitamos árboles grandes para los desafíos climáticos a los que nos tendremos que enfrentar en las ciudades. Son solo los árboles grandes aquellos que nos proporcionan beneficios ecosistémicos, es nuestra obligación mantener el mayor número posible de ellos para las generaciones venideras.