Creo que los sentimientos son algo maravilloso y aterrador al mismo tiempo. A veces se sienten desde el corazón y otras desde el instinto. Muchas veces no los entendemos y nos hacemos líos mentales con ellos cuando simplemente hay que permitirnos sentirlos. Otros no le dan tantas vueltas al asunto y se desconectan completamente de ellos mediante placeres instantáneos. Pero, ¿por qué, si son tan maravillosos, aterran tanto? Está claro que están fuera de control. Reprimirlos o ignorarlos no ayuda en lo absoluto. ¿Será por la insaciable necesidad de seguridad? ¿Será por el miedo inconsciente a sufrir? Todas estas ataduras no hacen más que coaccionar nuestra libertad.

Permítete amar, permítete ser apreciado y valorado desde lo incondicional. Aparte del trabajo y las adquisiciones materiales, lo que realmente nos lleva a seguir adelante es el amor. Permítete conectar con otros y enfrentar el miedo al dolor. La vida es mucho más gratificante cuando empiezas a perdonarte y aceptarte a ti mismo. La vida es más gratificante cuando empiezas a quererte y, por ende, dejas que otros también puedan hacerlo.

Sé feliz, vive en base a tus valores personales, no tengas miedo de sentir. Sufrir es parte de estar presente, de estar vivo. Una vida sin sufrimiento es también una vida sin plena felicidad. Ámate mientras respetas a otros. Permítete sentir tu dolor y, en consecuencia, empezar a sanar. Te aseguro que no te arrepentirás.