Las notas

llega el fin de curso y con él los exámenes y los resultados. Alberto Catalán posa sonriente como un niño formal y estudioso que muestra el boletín de notas a sus padres. Ha conseguido una buena calificación en una prueba de evaluación del Ministerio de Educación. En concreto, este análisis dice que el alumnado de 4º de Primaria de Navarra se sitúa en el grupo de mayor rendimiento, muy por encima de la media estatal, en las cuatro competencias que se han analizado. Por ello, raudo y veloz, Catalán ha salido a la palestra para afirmar que la Educación Primaria de Navarra es "equitativa y desarrolla la excelencia" y que además "resulta eficiente y eficaz", o sea, que se le está sacando buen provecho al dinero invertido.

Decir que los escolares de 9 y 10 años destacan en sus conocimientos matemáticos y lingüísticos queda muy bien en los titulares, pero no conviene ignorar otros párrafos, como el que dice que estos mismos alumnos tienen un margen de mejora en las competencias social y ciudadana, y científica.

Es como cuando año tras año remarcamos los brillantes resultados en la Selectividad y no hablamos de lo que hay en su cara oculta, esto es, un importante número de estudiantes de Secundaria que no llegan ni siquiera a presentarse a estas pruebas. Este año, en concreto, 1.314, el 37% del alumnado. Algunos no habrán querido. La mayoría no habrán podido.

Como siempre ponemos el foco única y exclusivamente en los resultados académicos y esto tiene consecuencias peligrosas, como las que comentaba Edwin De Boevé, director de la ONG Dynamo Internacional para la promoción de la educación de calle, que ha estado en Pamplona estos días. Entre otras cosas dijo: "La escuela va dejando chavales fuera porque es reflejo de una sociedad deshumanizada".

P.D. Volviendo a los resultados: el porcentaje de aprobados en Selectividad este año es superior entre los alumnos de modelo D, esto es de euskera, el 95,95%, frente a los que han hecho la prueba en castellano, el 93,43%. Lo siento Alberto.