Tiene que llover
El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos y el amor no lo reflejo como ayer. Rajoy dice que no se acuerda de ninguna Rita Barberá. Camilo Sesto asegura que no se ha operado de nada. Timochenko exclama: Hay que hacer la paz. Pero la noticia más reveladora, la que mejor describe el modelo de sociedad hacia el que vamos galopando, apenas ocupa una esquinita: Durante los años de la crisis se ha duplicado en España la cifra de multimillonarios. Y no solo en España, claro. ¿Qué es un multimillonario? Respuesta: alguien que tiene, por ejemplo, 30 millones de euros. Actualmente, todo se organiza y se dispone para que los multimillonarios prosperen y se sientan seguros y relajados. Sus fraudes y corrupciones fingen no verse. De hecho, ese es el juego: esa es la clave del sistema, no otra. Si lo contrario de la mentira es la verdad y lo contrario de un rico es un pobre, la verdadera pregunta es: ¿cuántas decenas de miles de pobres hacen falta para amasar un multimillonario? El 95% de las empresas del Ibex (es decir todas menos una) operan en paraísos fiscales para evadir el pago de impuestos. No solo aquí, en todo el mundo. De hecho, se estima que el equivalente a la mitad del PIB mundial se oculta en paraísos fiscales (aunque podría ser mucho más). Y ese es probablemente el quid de todo: que el dinero evadido, el dinero negro, es dinero robado a los pueblos: del mismo modo que el cinismo con que se tolera la existencia de los paraísos fiscales es la gasolina del sistema. Siempre dicen que habría que erradicarlos (este año también lo han dicho), pero nunca lo hacen. Nunca lo harán. Por lo demás, la vida pasa. Hoy empieza el otoño: tiempo de setas y castañas. Leguina dice que si vamos a terceras elecciones acabaremos votando todos a Rajoy. Bertín Osborne dice que todo le va fenomenal. Tiene que llover. A cántaros.