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Cambios

Muchos nos hemos aburrido dando explicaciones a gentes de otras comunidades sobre la nuestra, por culpa de una vieja propaganda que tilda a Navarra de tierra tradicional e, incluso, meapilas. Pues no señor, quizás lo fue, pero ha cambiado y para muestra, el último informe sobre población del Instituto Nacional de Estadística.

La próxima vez que alguien nos asegurare que ha leído por ahí que somos muy conservadores, reacios a los nuevos usos sociales y residentes en una zona de arraigadas creencias religiosas tenemos datos para rebatirle. Valga sólo un ejemplo: el pasado año, algo más del 75% de las bodas que se celebraron fueron civiles, el porcentaje más alto registrado en los últimos 40 años, y se oficiaron 50 uniones entre personas del mismo sexo (un año antes, el número de estos casamientos fue de 21). Pero además, el 70% de las parejas en Navarra comparten residencia antes del matrimonio, sin olvidar a las que nunca formalizan su unión, cifra que el estudio no recoge.

Es un hecho que miles de navarros se sienten cómodos y felices en el respeto a sus creencias católicas, pero la objetividad de las estadísticas muestra cada día más a las claras que, junto a ellos y pese a quien pese, otras muchas miles de personas viven, conviven y se casan lejos de estos preceptos y dogmas.