Teniendo en cuenta la sarta de mentiras y bobadas que cada día se ven en Facebook, es complicado entender las razones que le llevaron a censurar la campaña de Chrysallis en apoyo a la normalización de la transexualidad infantil. Tras las críticas recibidas, Facebook se retractó y permitió la publicación de los dibujos de niños y niñas desnudos, pese a su política contraria a la divulgación de genitales en la red social.
Pero mucho más difícil de justificar es el hecho de que alguno de estos carteles, colocados en marquesinas de Pamplona, aparecieran esta semana pintarrajeados con la palabra kanpora ¿El autor fue un euskaldun ultraconservador o alguien pensó que usando el euskera, éste se muestra como un idioma viejuno e intolerante? Ustedes mismos.
No contento con su hazaña, la mano invisible tachó los términos pene y vulva de la frase “hay niñas con pene y niños con vulva” con una rayita que, para más inri, dejaba ver perfectamente ambas palabras. Ahora me asalta la duda de si entre nosotros conviven adultos que siguen muriéndose de vergüenza como, cuando chiquillos, decíamos aquello de caca, pedo, culo, pis o se trata de mentes enfermas de tan retrógradas, capaces de horrorizarse con sólo leer la denominación de algunas partes del cuerpo humano.