Hay semanas en el calendario que pasan sin pena ni gloria y otras que tienen hasta nombre, como la Semana Santa o la semana blanca. Hoy domingo termina una, sin duda muy convulsa, a la que me atrevo a llamar la semana de los golpes, y no me refiero a las cargas policiales habidas en Catalunya, que también.
Valgan algunos ejemplos para mostrar que la violencia de la que tanto hablamos no es solo la que retransmite la televisión y que la agresiones se suceden a diario en nuestra comunidad sin percatemos siquiera: un joven ha ingresado en la cárcel por golpear a una mujer para robarle el bolso en La Milagrosa y un hombre fue detenido tras lesionar, amenazar y retener varias horas a su madre en Tudela. En esta ciudad, agentes municipales observaron a un varón que agredía a su esposa y, al ir a arrestarle, la víctima trató de evitarlo insultando e intentando pegar a los policías. En Barañáin, un tipo accedió a un domicilio saltando desde la ventana de la escalera hasta la terraza situada en un duodécimo piso y atacó al actual novio de su excompañera.
Pegar, atizar, arrear, zurrar, zumbar, sacudir, calentar, cascar, apalear? Todos los sinónimos parecen insuficientes para expresar la rabia incontrolada que a algunos les devora por dentro.