Síguenos en redes sociales:

Txumari y yo

al hilo de lo publicado ayer por el compañero Nagore sobre la última burrada del autodenominado naturópata Txumari Alfaro afirmando que para combatir el cáncer de mama “no hay que hacer nada”, yo también me animo a contar nuestra experiencia personal con este señor.

Hace unos doce años nuestra madre fue atropellada por un villavesa a toda velocidad en un paso de peatones. A consecuencia de ello tuvo múltiples lesiones, algunas de ellas muy graves. Una de las secuelas del revolcón fue la aparición de celiaquía. Tras un diagnóstico certero, y bastante rápido, comenzamos con el régimen y la verdad es que la adaptación no fue difícil porque nuestra madre, como muchísimos de nuestros mayores, afortunadamente, es una amante incondicional de la alimentación sana y natural, la de toda la vida. Y como consumidora convencida de los remedios naturales, un día caímos en la consulta de Txumari Alfaro para ver si nos recomendaba alguna infusión o vitamina que le fuera bien. Al principio de la consulta no dejaba de atender llamadas telefónicas, estaba nervioso, y por fin cuando pudimos empezar a hablar nos cortó de cuajo en cuanto oyó la palabra celiaquía para decirle a mi madre que no era celíaca. Que en realidad no tenía un problema con el gluten, sino con su significado como sustancia que une, que aglutina, porque lo que en el fondo tenía era un grave problema de familia desestructurada. ¡Alucina! Al ver mi cara de sorpresa se cebó conmigo y decidió no hablarle más a mí madre porque el problema era yo, que no le creía y que impedía que mi madre lo hiciera. Y fue subiendo el tono hasta acabar gritándonos y sin dejarnos decir ni pío nos echó de su consulta diciendo que no volviéramos jamás. Y efectivamente no lo hemos hecho, ni lo haremos.