Quedan 39 días para las elecciones generales del 28 de abril y 67 para las forales. Y no sabemos nada de Vox en Navarra, nada de sus intenciones reales para presentarse a las generales o para hacerlo a las forales. Sí se sabe que están buscando las firmas legales necesarias que les permitan presentarse a las generales, puesto que para las generales todo partido que nunca haya logrado representación debe ser avalado por el 0,1% del censo -unas 500 firmas-, pero nada más, ni de sus posibles candidatos ni de sus intenciones de presentarse o no a las autonómicas del 26 de mayo, donde no existe el requisito de las firmas. A poco más de 1 mes para una cita y de 2 para la otra, el partido que según sus propias fuentes reunió a más de 1.000 personas el 7 de febrero en un mitin en el Iruña Park con Abascal en plan Mesías y que ha irrumpido con fuerza descolocando las previsiones, aún no ha desvelado qué aspira a hacer aquí y cómo y con quién. En su cuenta de Twitter, donde más activos se muestran, sus críticas a Ciudadanos y PPN por el pacto con UPN son muy duras, recalcando el hecho de la aparente bajada de pantalones de naranjas y azules ante UPN por el tema del fuero, pero poco más: ni una palabra de si irán o no a las forales. Sus opciones de escaño en las generales son nulas, puesto que un diputado navarro cuesta un mínimo de entre 40.000 o 50.000 votos, pero en las forales bien podría tener un peso importante, ya fuera por alcanzar por sí mismos el 3% y meterse en el Parlamento como por no llegar pero morder votos a Navarra Suma, el trilerismo que se ha sacado de manga la derecha para optar a desbancar al gobierno. ¿Están recibiendo o no presiones o dádivas de toda clase los dirigentes de Vox en Navarra para no presentarse a las forales y así no suponer una merma ni de votos ni de imagen para Navarra Suma en caso de necesidad de acuerdos? A ver si lo explican.