a última noche del año se renueva el rito del agua en Urdiain y otros lugares de Sakana. Hoy no sé cómo lo harán porque las normas anti-covid no permiten andar a media noche por ahí ni acudir a la fuente a recoger y beber el agua nueva que, en teoría, nos va a proteger en el nuevo año. En cualquier caso este es un rito hermoso que nos recuerda que estamos en este planeta gracias al equilibrio existente entre las aguas del cielo y las de la superficie terrestre y que si un día éste se rompiera, nos iríamos al garete. El equilibrio de las aguas no deja de ser otro que el de la Naturaleza en general.

El agua es fuente de vida y dicen que su falta será el origen de las peores guerras del futuro. Aunque más del 70% de la superficie del planeta está cubierta de ella, solo el 2,5% es dulce y solo el 1% está disponible para ser bebida. El sistema capitalista, la contaminación, el cambio climático, el mal uso y el desperdicio hacen que en el mundo 1.100 millones de personas carezcan de acceso a agua de calidad y que 1,6 millones de personas mueran cada año por enfermedades diarreicas.

Y no vamos a mejor. A principios de diciembre el agua ha comenzado a cotizar en la bolsa de Nueva York, como el oro y el petróleo. Algunos expertos defienden que esto puede contribuir a una gestión más eficiente de este bien escaso, sin embargo voces críticas como la de Pedro Arrojo, experto en temas de economía del agua, advierten de que todos esos intercambios de concesiones de uso del agua que se van a producir en la Bolsa, lo que van a traer es que algunos hagan dinero a base de vender unos derechos que les dan gratis los Estados. En fin, a ver si descubren pronto también una vacuna contra la tontera y la codicia. ¡Feliz año!