Hay toda una consistente comunidad fiestera de pamplonicas que, perdido ya el primer paraíso posible, va a recrear un sucedáneo que se parezca a los Sanfermines al menos como un gato de porcelana a un gato. Ya venía gestándose con las reservas de centenares de mesas para los mitológicos almuerzos-comida-merienda-cena y ahora que se ha permitido abrir peñas y sociedades gastronómicas en la inmediata fase 3 esto va a ser imparable. Difícil, en la esencia de la obviedad, gestionar el cuerpo a cuerpo y evitar abrazos cuando en general apetece tanto darlos, y relatos boca-oreja a 65 decibelios y lluvias salivares entusiastas a 20 centímetros de ojos, nariz y boca cuando te encuentras en pleno esfuerzo por que bodegas y destilerías recuperen los ingresos paralizados en dos meses y medio. Porque en casa se ha bebido, pero nunca como en un bar. Y rodeado de colegas. Y de cuerpos joteros. Y de esa banda sonora que una mente brillante ha compuesto específicamente para ti en ese preciso momento. El siguiente paraíso cercano, en cuanto se levante la veda territorial, podría ser Zarautz, segunda residencia veraniega de unos cuantos pamplonicas y que estos días está viviendo una situación curiosa "como resultado" de esa alegría hacia lo ajeno que provoca en algunos el alcohol. Ayer tarde se concentraban ante la herriko taberna dos grupos. Uno integrado por una camarera del local con el apoyo de Danda Gazte Asanblada y extrabajadores del Arrano para denunciar cómo ha gestionado Sortu la agresión sexual que sufrió la chica en la herriko por parte de un exconcejal de la izquierda abertzale de Zarautz. Otro formado por la junta de Arrano Elkartea y Sortu, para denunciar no su gestión de la agresión, claro, que defienden al asegurar que han apartado a su representante político de "los espacios de la izquierda abertzale", sino para "denunciar la agresión misma". Y al leer esto me ha parecido escuchar la voz de Groucho Marx. "La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte". No he podido evitarlo.