l tiempo que se celebraba el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la Conferencia de Rectores (CRUE) advertía de los posibles impactos negativos de la reforma laboral en la investigación, traducido, que no les parece adecuado paliar la temporalidad del personal investigador avalada por el contrato de obra y servicio, que colapsaría el sistema. Por su parte, la Federación de Jóvenes Investigadoras (FJI) rechazaba el mantenimiento de la situación actual, que aboca a la precariedad.

Construir conocimiento contrastado y veraz es la base para actuar eficazmente. Para ello, hay que hacerse preguntas y para responderlas, dado que tienen la virtud de multiplicarse, se requiere mucho trabajo de mucha gente en muchas áreas, paciencia y horizonte, ya que confirmar una hipótesis representa tanto progreso como descartarla y probar otras alternativas. Lo sabe M, por ejemplo, cuya tarea se centra en investigar y difundir cómo han de diseñarse barrios y ciudades para resultar saludables ahora y en el futuro. No es un tema menor. Se calcula que en 2050 el 66 % de la población mundial vivirá en ciudades. En Europa más, el 82 %.

M participa en un estudio sobre la influencia de tres variables urbanas: presencia de espacios verdes, caminabilidad y nivel de contaminación en la salud mental durante el embarazo, en el porcentaje de partos pretérmino y en el peso al nacer (que determinan la salud a corto y largo plazo). Un estudio similar a otros realizados en diversos marcos geográficos cuya comparativa aportará información y suscitará nuevas preguntas y líneas de investigación. En estas dinámicas, asegurar la continuidad de las personas formadas en su campo parece una condición elemental para el buen desarrollo del trabajo y reducir sus incertidumbres laborales hará que puedan dedicarse con mayores garantías a reducir las incertidumbres científicas y sociales.