A los paletos nos suele resbalar lo que ocurre en Madrid, la urbe enclavada en medio de Castilla-La Mancha y que, ésta sí, fue inventada como comunidad autónoma en 1983 para mayor gloria del centralismo capitalino. Que le tilden a uno de mal educado, poco refinado y carente de habilidades para desenvolverse en ambientes urbanos fastidia bastante. Pero que, por el hecho de apoyar la identidad de tu tierra, te insulte la presidenta de una comunidad cuya capital logró ese título 700 años después de que reinara la primera dinastía navarra enerva a cualquiera. No se trata de ver quien la tiene más grande, ni de negar que nuestra zona sufre como cualquier otra. Aquí también clama justicia el agro, hay vecinos aterrorizados por los fondos buitre y el paro y los salarios de vergüenza obligan a muchos a una vida precaria. Lo sabemos, claro que entre la citada señora y su compañero en la Alcaldía el mismo que ha eliminado los hermosos versos de Miguel Hernández del memorial que homenajea a las víctimas de la represión franquista en La Almudena creemos vivir en Jauja. Hacer borrar "Para la libertad me desprendo a balazos / de los que han revolcado su estatua por el lodo" "porque soy como el árbol talado, que retoño: porque aún tengo la vida" sí es una auténtica paletada.