en esa permanente exaltación de los Beatles desde que se separaron en 1970, llegará pronto una peli sobre la muerte de Lennon. Ya se habla en los medios de The Lennon Report, y en muchos -incluso alguno especializado en música- se ha vuelto a colar la exageración de que era el líder del grupo. Lo fue cuando lo fundó, y quizás lo siguió siendo al principio, en la era ye-ye y de Beatlemanía adolescente, pero es indudable que cuando comenzaron a hacer música de verdad, la que les ha reservado un sitio de honor en la historia del pop-rock -a partir de Revolver-, Paul dio un paso adelante y John varios atrás. Vale que la figura iconoclasta de éste es mucho más atractiva que la del ñoño de McCartney, pero hubo lo que hubo: mientras Lennon se enredaba en sus adiccones a la droga y a Yoko Ono, el hiperactivo de su colega tomaba las riendas. En todos los discos a partir del citado compuso muchas más canciones que John -incluida la que Ringo cantaba en cada uno, que era de las peores, aunque también hay joyitas como With a little help...-.

Y, más importante, suyas fueron las decisiones principales disco a disco:

- Toda la idea original del Sgt. Peppers.

- El viaje de Magical Mistery Tour que generó una película horrible y un álbum delicioso.

- La película y el disco Yellow Submarine surgen de una canción suya.

- En el Álbum blanco, suyo es el empeño de que sea un disco doble y quepa toda esa explosión de creatividad.

- En Let it Be, suya fue la decisión de hacer un disco para tocar en vivo; de hacer un documental de la grabación; y la canción que le dio el nombre, además de la que se lo iba a dar inicialmente (Get Back).

- Y en Abbey Road, suya fue la idea de esa brillante suite de la cara B que tanto detestaba John.

Quizás McCartney fue un mal líder, por no dar tregua al grupo (acabaron todos hartos de todos por no tomarse un respiro) y por no envenenar el té de Yoko Ono. Pero ser un mal líder sigue siendo ser el líder.