dice un amigo mío que como son pobres y negros les toca la lotería de la indiferencia. “Con el pobrecicos, ahí queda todo...”. La pasividad, la indiferencia son males que acompañan al ser humano. Y en el drama de la inmigración es evidente. En cuatro meses se contabilizan 1.727 muertos en su intento por cruzar el mar Mediterráneo y llegar a suelo europeo: treinta veces más que en el mismo periodo del año pasado. La mayoría procedentes de África subsahariana. “Escapamos de Siria para salvar la vida de nuestros hijos”, relataba Trailer hace poco a su llegada a Augusta (Sicilia), un inmigrante con apenas un par de bolsas como equipaje. Dicen que los sirios viajan con más dinero y ocupan las partes más cómodas de los barcos. En el pesquero (30 metros) que naufragó el mes pasado en el Canal de Sicilia desde las costas de Libia con más de 850 inmigrantes, muchos desheredados quedaron encerrados en la bodega, los que pagaron menos y a los que cerraron las puertas. Los precios que fijan la mafias varían en función de la ruta, barco o lugar dentro de la embarcación. Hasta 7.000 euros, y entre 500 y 1.000 euros en una lancha neumática... Para llorar. No quiero pensar cómo hubiera sido ese funeral interreligioso (Malta) si hubieran sido mil europeos los ahogados por viajar hacinados a Estados Unidos en busca de trabajo. La verdadera globalización es la globalización de la pobreza. Quienes tratan de hablar del fin de la recesión y de abrir otros debates que oculten la realidad de millones de personas enfrentadas a la guerra y a la pobreza deberían buscar cadáveres en el fondo del mar. La pobreza aumenta la desigualdad pese a quienes se empeñen en hacer creer que es un daño colateral para mostrar al mundo que hemos salido de la crisis. Es como cuando se habla de indicadores macroeconómicos positivos o de la reactivación del mercado de la vivienda mientras hay gente en la calle o sin una vivienda de alquiler digna. O cuando se escucha en cumbres europeas cómo hundir barcos de contrabandistas cuando en Siria hay 9 millones de desplazados.
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