El Gobierno de Navarra prepara con meticulosidad un plan para detectar y atender las necesidades de la juventud, periodo de la vida que -como ya es de uso común- alcanza a los hombres y mujeres de 30 años. Digo yo que, siguiendo estos parámetros tan flexibles, la adolescencia se prolongará ahora hasta los 20... Bueno, son cosas mías. Aunque sé que exagero, me parecen principios contradictorios esos de ser joven y de que alguien te ofrezca un proyecto para conducir o reconducir tu vida. La juventud, al menos para mi generación, era aquel periodo que comenzaba a los 14 años (cuando dejabas la escuela), momento en el que decidías si ibas a trabajar a la fábrica o a estudiar, dependiendo también de las circunstancias familiares. Vaya, que te hacías adulto a la fuerza y sin petición de prórroga. Y los planes te los ibas componiendo desde ese instante a la medida de tus obligaciones y de tus posibilidades, sin que ningún organismo público velara por mejorar tus condiciones, salvo los agentes del llamado orden público, siempre alerta y dispuestos a aconsejarnos en el cuartelillo si observaban en el grupo algún movimiento sospechoso... Es cierto que nuestros problemas entonces y los de los chicos y chicas de ahora son distintos; que la crisis económica les está penalizando, cerrando puertas, ahogando sueños, exprimiéndoles con salarios que no están a la altura de su preparación y sin brindarles la más mínima garantía de futuro. Quien no encuentra un trabajo a su medida, acaba cogiendo lo que le ofrecen y tira para adelante pese a los obstáculos. Pero esto no es lo que queríamos para ellos. Yo creo que si ese otro plan, el de condenarlos al desencanto, al resguardo de la familia y con pocas opciones de independizarse, si esta estructura la monta un sistema totalitario y alienante, no le sale tan perfecto. Habrá que aplaudir cualquier iniciativa que dé impulso a los jóvenes y asista a los más necesitados; pero lo que hay que hacer es animarles a no ser dependientes, a pensar por sí mismos y a cambiar una sociedad que les regatea las oportunidades y el futuro.