Malos tiempos para la lírica
Quizá por ese extendido tópico de que la primavera inspira a los poetas -y también el desamor, la melancolía, las drogas y el alcohol...- y por esa coincidencia con el comienzo de la estación florida, la UNESCO escogió el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía. En realidad los planes de los promotores apuntaban al día 23, pero la fecha ya había sido reservada por el Día del Libro... Pero no es mala elección: nunca está de más dedicar un tiempo a la lírica. Porque, ¿qué es la poesía? “Poesía eres tú”, resolvió Gustavo Adolfo Bécquer. Y “quién no escribió un poema huyendo de la soledad”, como pregonaba la cantautora Mari Trini en una melodía popular de los años setenta. Quien más quien menos hemos garabateado en un folio o en una hoja de cuaderno del colegio una poesía, casi siempre doliente y atribulada.
La poesía, que parece algo recóndito, tuvo, sin embargo, su espacio público en la prensa diaria. En la vieja prensa de papel asabanado. Ahí, entre sus largas y entintadas columnas, de pronto el lector encontraba un poema (o dos, según los días) en el que el autor abordaba, con métrica y rima, un tema de actualidad, lo mismo venía al caso el buen o mal tiempo, un festejo taurino benéfico que un acontecimiento deportivo. El escritor no era alguien ajeno a la redacción, sino un periodista que tenía la habilidad, la técnica y el conocimiento para pasar de la gacetilla al soneto, de la prosa pura y dura al verso afinado.
No acabo de imaginar hoy algo parecido en los periódicos. Por ejemplo, un verso al hilo de las obras en los túneles de Belate, las fugas de datos de Facebook o los millones despilfarrados en el Canal de Navarra. Muy espinoso, aunque todo es ponerse. Pero el lector lo encontraría anacrónico, cuando no frívolo. No, no son buenos tiempos para la lírica. Entre tanto titular devastador, en un día como hoy solo cabe apelar a Antonio Machado: “La primavera ha venido, nadie sabe como ha sido”. Pues eso.