uando me hablan de salud y economía como una obligada elección tengo la misma sensación que cuando a un niño la haces elegir entre su padre y su madre en el momento de su vida en que necesita a ambos. Eso nos pasa. No creo que nadie esté en contra de la recuperación económica cuando anteponemos la salud, simplemente somos muchos y muchas los que creemos que sin salud difícilmente podemos con todo lo demás, y hoy hablar de salud es hablar de la covid y de tratar de frenar su expansión de la única manera que hasta el día de hoy se ha mostrado eficaz, con restricciones, algunas de carácter social otras individual, protección y vacunas al ritmo que permita el suministro de dosis. Hasta la fecha nadie ha descubierto otras y el viva la vida de Madrid no sirve. Pero no solo es covid, la salud son muchas más cosas, igual que la economía es mucho más que la hostelería. Salud en este momento es seguir cuidando y atendiendo a la población y para ello es preciso que el Gobierno de Navarra responda al esfuerzo de la sociedad durante más de un año de pandemia con un fortalecimiento real del sistema público de salud, de su sistema sanitario. Con más medios, humanos y materiales, con más apoyo e inversión. Si algo ha dejado claro esta pandemia es esa necesidad. Que la economía, a medida que se vaya recuperando, revierta sí o sí en la salud pública. No seria entendible otra cosa. Hay que dar respuesta a los profesionales sanitarios, quienes están realmente cansados, quienes no han podido bajar la guardia y siguen atendiendo sin tregua, en planta y en UCI, a pacientes cada vez más jóvenes. Pero da la sensación que entre tanto ruido, entre tanta normativa, entre tanto desconcierto con lo que va a pasar a partir del 9 de mayo se nos olvida por qué estamos como estamos. Se nos olvida que el virus sigue ahí, que la incidencia es alta, demasiado alta, que el riesgo es evidente y que mientras estemos en riesgo tenemos que seguir en alerta, exista o no el paraguas del estado de alarma y hay que avanzar despacio y sobre seguro para no repetir errores. Que decaigan las restricciones no es vía libre, o no debería serlo, es que simplemente ahora nos toca poner más de nuestra parte, gestionar nuestra conducta desde la libertad, esa palabra que tan buenos resultados electorales ha dado a la derecha. Que podemos viajar fuera de Navarra, tomar una caña hasta las diez y quedarte luego con los amigos en la calle hasta las once o más según decidan los tribunales, pero que hagamos lo que hagamos tengamos en cuenta que llevamos un año y casi medio con el covid, que sigue muriendo gente y que seguimos sin llegar a la cima para saber cuando es el momento bueno para empezar a bajar.

Es preciso que el Gobierno de Navarra responda al esfuerzo de la sociedad durante más de un año de pandemia con un fortalecimiento real del sistema público de salud