la apertura de las urnas hoy en Gran Bretaña y Holanda, que eligen a 71 y 26 de los 751 europarlamentarios respectivamente, reúne todos los ingredientes y condicionantes de unas elecciones europeas que hasta el domingo, día en que se desarrollarán en Euskadi junto a las municipales y forales, van a configurar el Parlamento Europeo de los próximos cinco años. Los electores británicos llevarán hoy a las polling stations las eternas dudas sobre la pertenencia a la Unión Europea que, con la inestimable colaboración de los dos últimos gobiernos conservadores de David Cameron y Theresa May, les han empantanado en la crisis del brexit. Y los holandeses lo harán con una generalizada exigencia de reforma de la UE y la mitad del electorado, un 46%, cuestionando el enorme poder de las instituciones europeas. Son dudas y reclamaciones comunes a los otros 26 estados miembro en los que 419 millones de europeos tiene derecho a votar hasta el domingo. En Gran Bretaña, un partido eurófobo, xenófobo y populista que ha llegado a flirtear con la ultraderecha, el Brexit Party de Nigel Farage, es el que anuncian las encuestas como primera fuerza. Y en Holanda no se descarta el triunfo del ultra FvD de Thierry Baudet, defensor de un nexit, que ya hace dos meses superó en votos al VVD del primer ministro Rutte. Es la amenaza del populismo ultra y xenófobo que también se extiende en los otros 26 países de la Unión y del que el Estado español no escapa. Ambos discursos, que entrelazan la crítica y la ruptura con un mero afán proselitista, pretenden llevar al elector a ignorar la certeza de que las instituciones europeas son eje vertebrador de una UE construida sobre el fundamento de los derechos y las libertades y con el desarrollo de la justicia social -cierto que puesta en cuestión por la crisis económica reciente- como objetivo prioritario. A obviar la certidumbre de que la normativa emanada del Parlamento Europeo afecta al 70% de la legislación de los países miembros, que de esa Eurocámara, cuyos representantes ahora se eligen, no solo surgen, entre otros, cuotas de pesca, límites fiscales o presupuestos educativos; también decisiones -desde el permiso parental a la prohibición de los plásticos- que condicionan directamente nuestras vidas. A desoír la evidencia de que es la capacidad para participar e influir en todo ello lo que realmente se elige hoy en Gran Bretaña y Holanda; en Navarra, el domingo.