n un gesto valiente y no exento de riesgos, Osasuna ha denunciado el comportamiento y la estrategia del Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol (FEF). Más allá de los propios intereses del club navarro, las valoraciones vertidas en el comunicado difundido el martes por la noche son una radiografía que revela el modo de actuar de un organismo cuyas decisiones afectan a todos los equipos. Y lo que cuenta Osasuna es cuando menos preocupante. Habla de que las últimas sanciones del citado organismo a jugadores y entrenadores de otros equipos persiguen amordazar a los clubes y limitar el derecho a la crítica bajo la amenaza de ser castigados, en unos casos con partidos de suspensión (como ha ocurrido con el entrenador del Cádiz) y en otros con multas que oscilan entre los 600 y los 3.000 euros (que es la que puede sufrir el presidente de Osasuna). En el fondo subyace el interés de la FEF de eliminar cualquier atisbo de crítica instaurando entre los profesionales del fútbol el temor a ejercer su libertad de expresión. Porque ni Luis Sabalza es el primer expedientado por manifestar su opinión sobre los "errores" arbitrales ni el primer sancionado por manifestar, sin exaltarse, su desacuerdo por decisiones que vienen afectando de manera constante a su equipo en las últimas semanas. No habló el presidente de Osasuna ni de robo ni de atraco ni de manipulación: solo enumeró acciones que, pese a la evidencia de la falta, no despertaron el interés del VAR para corregir al árbitro. Es más, las valoraciones de Sabalza fueron más moderadas que las vertidas por el director de Seguridad e Integridad de la FEF quien en su escrito acusa al presidente rojillo de "atentar contra la labor del colectivo arbitral". Atentar, dice. Es más, basa su informe en una suposición y no en una constatación, ya que "infiere", dice textualmente, "una manifestación contra la honradez e imparcialidad del colectivo arbitral". Nada de eso se dijo en la mencionada conferencia de prensa. Aún teniendo razón Sabalza en todo lo que expuso el pasado 23 de diciembre, tiene mayor relevancia la crítica del club a los modos que viene utilizando el Comité de Competición y que con la excusa de aliviar de tensiones al mundo del fútbol lo que persigue es ponerle una mordaza para seguir campando a sus anchas. Y sin opción a replica.