avarra Suma ha decidido rebajar en Iruña el tipo de gravamen sobre viviendas vacías nada menos que a la mitad, "todo lo que se puede". Y porque no es posible hacer desaparecer una herramienta de la que pueden echar manos los ayuntamientos desde 1995 y regulada a través de la Ley Foral de Haciendas Locales de Navarra. Obviamente no es prioridad de la coalición de derechas la larga lista de demandantes de vivienda de alquiler social que existe en su propio municipio ni tampoco le preocupan los precios en el mercado libre a la hora de articular medidas. Hace tres años con el gobierno del cambio el Ayuntamiento de Pamplona aprobó con los votos a favor de todas las formaciones municipales excepto UPN un cambio en la ordenanza municipal para endurecer vía contribución urbana el impuesto a los grandes propietarios de viviendas vacías y entidades, en función de los años que llevase vacía. Iruña abanderaba así una iniciativa que se fundamentaba en el principio de función social de la propiedad privada y el derecho al acceso a la vivienda. El objetivo no era otro que impactar en el mercado inmobiliario, la salida de viviendas desocupadas y, por tanto, sin ningún uso social, para posteriormente ser recolocadas en alquiler. Una medida que, sin lugar a dudas, repercute además sobre el precio y evita sacrificar suelos de nueva creación para construir vivienda en beneficio de la sostenibilidad. Viviendas que deben cumplir unas características (no afecta a las segundas viviendas) y con el requisito de formar parte de un Registro de Viviendas Deshabitadas que quedaba en manos del Gobierno de Navarra. Tras un prolijo proceso administrativo alrededor de medio millar de inmuebles ya han sido incluidos en dicho censo y se han detectado alrededor de 3.000 viviendas en diferentes municipios navarros susceptibles de ser vacías y de pasar a la bolsa pública de alquiler. No es casual que la medida de Navarra Suma llegue en este momento previo a su entrada en vigor. Y cuando Sánchez plantea el recargo del IBI como fórmula que grave pisos vacíos para el resto del Estado. Solo en Iruña, el Gobierno calcula más de 1.800 viviendas vacías ya contrastadas. El equipo de Maya no quiere molestar a los grandes tenedores de vivienda como también hubo que esperar a que UPN perdiera el gobierno para rehabilitar decenas de viviendas municipales. Por no hablar del nulo interés de Navarra Suma por ceder solares al Gobierno foral para impulsar viviendas de alquiler.