El alcalde de Pamplona Enrique Maya no podrá sacar adelante el último presupuesto de la legislatura por falta de apoyos y los siete meses que restan hasta las elecciones municipales van a ser un suplicio. Una situación completamente distinta de la realidad del Gobierno de Navarra, donde sus socios progresistas han elevado a categoría de lo habitual el valor del diálogo y el pacto para dotar de estabilidad a la Comunidad Foral hasta el final de la legislatura. Si esta cualidad del Gobierno refuerza las políticas sociales como eje vertebrador de la acción del Ejecutivo, en el lado de la alcaldía de Iruña, la estrategia de tierra quemada que ha aplicado con los grupos de la oposición le ha dejado en una situación de aislamiento y debilidad, virando a políticas más radicales y y con los puentes rotos con los socialistas, sus únicos socios posibles. Maya sólo ha sido capaz de sacar adelante los presupuestos municipales de 2021 en sus dos mandatos. Incapaz de pactar con la mayoría progresista de Iruña debería de mirarse en el espejo de lo que ocurre a sólo unos cientos de metros en el palacio foral. El último acuerdo presupuestario cerrado esta semana es el cuarto de María Chivite y el octavo desde 2015, año que se inició un ciclo político de Uxue Barkos en el que, pese a los agoreros y a las profecías apocalípticas, la estabilidad ha sido la nota predominante y las políticas sociales han contribuido al crecimiento y la prosperidad de Navarra desde la justicia social y la solidaridad. Enrique Maya, sin embargo, se ha entregado a la estrategia simplista y populista de presentarse como víctima de una mayoría progresista que no le permite sacar adelante sus proyectos. Sin autocrítica ni cintura política para alcanzar acuerdos con otras fuerzas. Y con un equipo de Gobierno incapaz de sacar adelante proyectos de envergadura para el futuro de la ciudad. A partir de ahí, la vista estará puesta en los comicios de la próxima primavera. El acuerdo presupuestario en el Gobierno de Navarra refuerza la mayoría progresista y cimenta las bases parea reeditar esta fórmula u otras similares en 2024. La actitud de Maya y su deplorable récord de un presupuesto en dos mandatos alienta las posibilidades de que la mayoría progresista que actualmente representa la corporación pamplonesa es capaz de articular una alternativa tras los comicios de 2023.