La última cosecha de entrecomillados del año es más bien escasa. Los opinateros diestros acusan el cansancio. En ese escenario, merece los honores de titular la familia del matarife Gonzalo Queipo de Llano, a la que La Razón de Francisco Marhuenda le ha regalado una tribuna para echar espumarajos por el desahucio de su deudo de la tumba que ocupaba en La Macarena de Sevilla.

La biliosa diatriba la firma el nieto del carnicero de Andalucía, que se llama igual que él: Gonzalo Queipo de Llano. El segundo apellido es Mencos, aunque una graciosa errata (¿voluntaria?) hace que parezca Meneos. El destinatario de la misiva es el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, al que se le reprocha agriamente “el clamoroso silencio sobre tan espinoso asunto, facilitando sin más las espurias acciones emanadas de un gobierno social-comunista”.

"La deriva “frentepopulista” del Gobierno de España nos retrotrae al recuerdo de la década de los años 30 cuando murieron casi 7.000 religiosos, asesinados por milicianos"

G. Queipo de Llano (La Razón)

Según sapoculebrea Queipo Tercero, el purpurado calla para evitar ser un mártir: “El miedo es libre y personal. La deriva “frentepopulista” del Gobierno de España nos retrotrae al recuerdo de la década de los años 30 cuando murieron casi 7.000 religiosos, asesinados por milicianos encuadrados la mayoría de ellos en partidos con presencia hoy en el gobierno”. Tiene una gracia macabra que eso lo diga en defensa de su yayo, que acabó con la vida de 45.000 personas. Menudo retrato.

"Probablemente, vetar a la soberanía popular en los mecanismos de decisión de la democracia sea una necesidad si lo que priman son los intereses y el futuro del presidente y sus socios"

Editorial de La Razón

En cuanto al resto, hay poco más que rascar, como les decía arriba. En el mismo diario que es altavoz de un conspicuo franquista, se saca bajo palio al mesías de la derecha. “Feijóo lanza un plan para acabar con las prácticas del sanchismo”, se anuncia gozosamente en primera. El complemento es un editorial titulado “Hay alternativa a un gobierno superado”. A su autor se le hacen los dedos huéspedes soñando con las urnas: “Hemos defendido abierta y repetidamente que la nación necesita de manera inaplazable un cambio político, aunque lamentablemente Pedro Sánchez no tenga intención de dar la voz al pueblo por el temor a que su continuidad en la magistratura se precipite. Probablemente, vetar a la soberanía popular en los mecanismos de decisión de la democracia sea una necesidad si lo que priman son los intereses y el futuro del presidente y sus socios”. Esto último de “vetar la soberanía popular” es para nota viniendo de quien viene.

Desde ABC, Carlos Herrera se suma al ansia de votar, no sin antes regalarnos una moralina: “No pocos amigos argentinos –todos tenemos uno– te dicen aquello de «yo vengo del futuro», que es una forma de avisarte de que sabe qué es lo que va a pasar si antes no lo remedian unas elecciones que manden al guano a esta sarta de inútiles y mentirosos. El socialismo consiste en vivir del dinero de los demás, distribuir lo que pillan y no crear ni un metro de prosperidad. Ahora comienza el baile del reparto con tal de que, los que sean, olviden las entregas realizadas a los socios delincuentes. Cuando vayamos a votar deberíamos recordar el modelo que nos ofrece cada cual”.

En The Objective, Guadalupe Sánchez sigue enfurruñada por el desenlace de la renovación del Tribunal Constitucional. Según ella, los vocales conservadores del CGPJ se rilaron ante el inquilino de Moncloa: “Si a un chantajista le das lo que pide, no sólo no pondrás fin al chantaje, sino que conseguirás que redoble la apuesta. Por eso Pere Aragonés habla ya de referéndum y Pedro Sánchez exige su trozo de carne en el CGPJ. Pase lo que pase, el Constitucional sale de ésta muy tocado. Igual o más que la confianza de los españoles en la independencia de sus instituciones”.

Terminamos por hoy (y por este año) en El Debate, que se está dando un festín gracias al brutal repunte asesinatos machistas. “El fracaso del Gobierno frente a la violencia contra la mujer: cuatro asesinadas en menos de 24 horas”, reza uno de sus titulares principales. A modo de apostilla, el subdirector del digital ultracatólico, Luis Ventoso, endosa al gobierno la culpa con este argumento de pata de banco: “¿Cuál es la clave para que las personas tengamos un freno moral interior que evita que cometamos salvajadas? Pues la educación que hemos recibido desde niños en el seno de nuestras familias. Pero tenemos un Gobierno que sostiene que «los hijos no son de los padres» y que ha banalizado la institución familiar decretando que existen una docena de modelos de familia”. Pues sí, va a ser eso.