“Discreción”- Parte de Diestralandia tiembla y la otra parte hace la ola ante la inminente vuelta del asilado de Abu Dhabi a Sanxenxo, donde ya la lió la última vez. El editorialista de ABC está entre los que contiene la respiración: “Es de esperar que el viaje se haga con inteligencia, austeridad y discreción, toda vez que las polémicas que protagoniza el padre del Rey Felipe VI son siempre utilizadas por los enemigos de la Corona para sus campañas populistas, más aún cuando estamos a pocas semanas de unas elecciones”.

Votos a Podemos - En El Mundo, la preocupación roza un cabreo cuyo motivo se ve desde el encabezado del editorial: “Juan Carlos I: una visita inoportuna en precampaña”. Dan por hecho que el posible número del campechano dé votos a la izquierda: “Podemos ya ha empezado a instrumentalizar el viaje -el segundo desde su marcha a Emiratos Árabes- al tildarlo de ‘indecencia democrática’. La Corona queda de este modo innecesariamente expuesta”.

El mismo circo - En el mismo diario, Eduardo Álvarez se muestra todavía más irritado, imaginando el show del abuelo de Froilán: “El Emérito opta por repetir exactamente el mismo circo de mayo pasado. ¿Cómo no va a ser malo para la institución que el Rey -título que mantiene, no se olvide- se preste a servir de tonto útil en un gran Photocall mediático en el que los periodistas y los ciudadanos van a volver a preguntarle por todos los escándalos que provocaron su expatriación sin que él esté dispuesto a dar una sola explicación?”.

¡A los toros, a los toros! - Entre los fervientes palmeros, destacan los columneros de El Debate, empezando por el subdirector, Luis Ventoso: “Así que voy a osar a darle un consejo al viejo Rey, aunque no lo necesite: ni caso, viaje a donde le dé la gana, disfrute de su país en plena libertad, faltaría más. Regatee en las rías gallegas y en Baleares, vaya a los toros en la Maestranza y Las Ventas (y verá cómo ambas aficiones se queman las palmas aplaudiéndole)”. Lo de los toros es casi obsesión. También Alfonso Ussía se suma a la propuesta: “Si Don Juan Carlos ocupara su balconcillo recibiría en la actualidad una ovación aún más cerrada y prolongada que aquella de su primera comparecencia en el Palco Real. Una ovación torera del público, los toreros, las cuadrillas y los sufridos ganaderos”.