Después de ver las poco edificantes imágenes de un ministro del gobierno español placado por el personal de protocolo de la Comunidad de Madrid, era de carril que la prensa de orden se daría un festín con el espectáculo. Más, si la supuesta agraviada era la emperatriz de Sol. A su Ayuso, que ni se la toquen. Bolaños debía saber que hoy le caería hasta en el carné de identidad…

Ayuso frena la treta de Bolaños tras autoinvitarse al Dos de Mayo”, titula a todo trapo ABC en primera, con la foto del momento del desaire como ilustración. El editorial correspondiente lleva por título “Bochorno y deterioro público”, y, obviamente, señala como culpable al ministro: “Rodeado de medios de comunicación, Bolaños buscó el enfrentamiento directo al tratar de subir a la tribuna presidencial, empeño que en cualquier otra autonomía le hubiera sido tolerado para evitar un pulso institucional, una situación que en Madrid se repite desde los decretos de la pandemia entre el Gobierno y el Ejecutivo regional. Es la sociedad madrileña, y la del resto de España, la que sale perdiendo con este acelerado proceso de desencuentro, ya en fase crítica”.

"Cualquiera diría que el ministro gregario se nos ha hecho de Podemos. Debió plantar una quechua para ser más creíble"

Manuel Marín (ABC)

Hasta cuatro columneros del vetusto diario se solazan sobre el asunto. Uno de ellos, Manuel Marín, termina así su pieza: “Bolaños camina como lo que es, el dueño del BOE, y mira perdonando vidas o condenándolas. Pero hacerse pasar por 'acompañante' de la ministra de Defensa para azuzar una polémica estéril es rebajarse demasiado. Sánchez lo envió para realzar a Ayuso y desmerecer a Núñez Feijóo. No hay más, ni siquiera una pugna de egos. Indignado y en Sol… cualquiera diría que el ministro gregario se nos ha hecho de Podemos. Debió plantar una quechua para ser más creíble”.

Unos centímetros más allá, Alberto García-Reyes remata: “El vodevil del ministro Bolaños en el acto del Dos de Mayo de la Comunidad de Madrid es la prueba del algodón del estilo sanchista, que se yergue sobre tres pilares: la mala educación, la soberbia y el victimismo. Ir a un sitio al que no te han invitado es una grosería. Hacerlo además con la pulsión de provocar al adversario político y generar una falsa polémica en un territorio comanche para el PSOE es una gamberrada. Y un grito de desesperación”.

En Libertad Digital, Pablo Molina titula “Bolaños, okupa”, y describe el episodio, faltaría más, mentando a Sánchez: “Los ministros han interiorizado tanto el reciente discurso podemita de su jefe en relación con la nueva ley de Vivienda que ya tratan de okupar hasta los entarimados de un desfile. Para dar ejemplo, claro. Afortunadamente, bastó con que la jefa de Protocolo de Díaz Ayuso se interpusiera ante el ministro y anulara sus intentos de regate no perdiéndole la cara en ningún momento y moviéndose en sentido horizontal para impedir sus escaramuzas por los extremos de la escalerilla”.

En la primera de El Mundo, el episodio se cuenta así: “Ayuso desactiva la provocación de Bolaños para desestabilizar el 28-M”. Como complemento un editorial titulado “Moncloa obtiene lo que había ido a buscar con su provocación”, con esta frase como resumen: “Nadie podía esperar otra cosa de Ayuso que la resistencia a doblegarse, aprovechando para salir lanzada”.

"Lo que no entiendo es hacer el mameluco un 2 de mayo y ante Ayuso, que atropella a una anciana y le echan la culpa a la anciana"

Federico J. Losantos (El Mundo)

Abundando en la idea, en la página anterior, Federico Jiménez Losantos atiza el mandoble de rigor a Bolaños, subrayando que contra Ayuso es mejor no meterse: “Lo que no entiendo es hacer el mameluco un 2 de mayo y ante Ayuso, que atropella a una anciana y le echan la culpa a la anciana. Ayer dijo Lambán: «Un ministro no es fundamental en un acto autonómico». Y el asaltatumbas, menos. Y si no estás invitado, mejor no aparezcas. ¿Que Lambán se presenta a las elecciones? ¿Y el PSOE en Madrid, no? Porque ya digo que, aparte de la chulería, digna del matón de su jefe e impropia del Bolaños de antaño, ¿a quién favorece el número del polizón? Poco a poco iba subiendo el PSOE, porque si da lo mismo votar a Yolanda que a Sánchez, Lobato suscita menos rechazo que Madame Tinder. Pero si polarizas la campaña, gana Ayuso y, de rebote, MeMa. ¿Y el PSOE?”.

En el editorial de El Español, Pedro J. Ramírez apunta al supuesto ideólogo de la función: “La estrategia, claramente, había sido diseñada desde Moncloa. Y el hecho de que Sánchez evitase referirse a la polémica en su mitin de ayer por la tarde, y que eludiese defender a Bolaños tras haberlo enviado a la guerra del 2 de mayo con Ayuso, prueba que es consciente de que dicha estrategia no ha salido nada bien”.

En El Debate, Mayte Alcaraz también la emprende a teclazos con Bolaños: “Félix Bolaños llegó ayer al 2 de mayo madrileño con cara de no haber roto nunca un plato, y eso que tiene toda la vajilla desportillada. Parecía uno de esos canaperos que se colaban en las bodas diciendo que venían invitados por el novio o la novia, según convenía, para comer de gorra. Con todo, jamás un ministro del Gobierno de España había hecho el ridículo más supino que se recuerda en la política europea. Ayer Bolaños alcanzó la cima”. Un poco exagerada, ¿no?

Aunque nos quedan entercomillados para cubrir varias sábanas más, terminamos en La Razón, cuyo editorialista se suma a tantos amanuenses que recuerdan que Ayuso es intocable: “Buscar la confrontación ideológica y, por los hechos, personal con Díaz Ayuso nos parece un error, porque lo que defiende la presidenta de Madrid es lo que sus gentes han defendido siempre: un lugar abierto a todos, en el que se puede salir adelante con trabajo y confianza en los propios valores y en el que la libertad individual pesa más que cualquier condicionamiento ideológico”.

"Ayuso se ha convertido en el fenómeno político más importante de las últimas décadas"

Francisco Marhuenda (La Razón)

Como colofón, y sin siquiera mentar el incidente, Francisco Marhuenda compone una oda a su musa invicta: “En muy poco tiempo y contra cualquier pronóstico, Ayuso se ha convertido en el fenómeno político más importante de las últimas décadas. (…) Las encuestas muestran que el fenómeno no ha tocado techo y que los votantes podrían recompensar su naturalidad y la firmeza de sus convicciones con una merecida mayoría absoluta. Es la demostración de que todavía hay esperanza para la política y la recuperación de la credibilidad, así como la constatación del fracaso de Unidas Podemos, los independentistas y los filoetarras de Bildu en su estrategia de deslegitimar el sistema político español. Ayuso concentra los ataques de la izquierda política y mediática, porque, como dijo ayer, «lo que pase en Madrid, resonará en toda España»”. Olé.