Quiero confesar mi ignorancia. No sé si el premio se concede a la ciudad más inculta. Aquí sí que somos los primeros. Imposible pensar en unos dirigentes más incultos que los nuestros. Sólo piensan en reducir la asignación a la cultura. Van en contra de nuestra lengua milenaria, argumento más importante de nuestra cultura. Además, los más próximos se enorgullecen de un festival internacional de cine o de museos de arte moderno. Nosotros somos los más incultos.