El artículo de Miguel Izu referido al derecho de los toros me parece aberrante. Ese espacio pueden dedicarlo a crónicas culturales, entendiendo por cultura todo aquello que eleve el espíritu humano y que no suponga el sufrimiento de nadie, o, por qué no, dedicar ese espacio a difundir las notas de prensa que sistemáticamente se niegan a publicar de las asociaciones antitaurinas, de las asociaciones que trabajan con niños en riesgo de exclusión social, discapacitados, jubilados, etc. Todas ellas sin subvencionar.