ire señor agente: el caso es que mi novia trabaja en Alicante y yo vivo en Murcia capital. Por unas cosas o por otras llevamos un mes sin vernos. Soy una persona que respeta la ley, no me despojo de la mascarilla y evito las reuniones con más de cuatro personas. Vaya, que no tengo vida social y entenderá, señor agente, que tampoco relaciones sexuales. Y digo yo que el sexo es una necesidad básica, como el comer. ¿No le parece a usted?". Más o menos, con otras palabras, esa fue la argumentación de un hombre al guardia civil que le sorprendió en su intento de saltarse el cierre perimetral. Porque estos días, como recogen diferentes medios, la gente tira de ingenio para cambiar de Comunidad y cuando son cazados en un control cada cual monta su novela: que si soy productor de Mayumana y busco localizaciones para un videoclip; que si voy a una fábrica que vende piezas para montar coches eléctricos; sin olvidar a clásicos como he salido a comprar tabaco... Ya era conocida antes de estas fechas la maniobra de pedir una cita médica en Madrid y con ese documento pasar un fin de semana en la capital (sin pasar por la consulta, claro). Así que en estos días en los que debería estar en pleno desarrollo la operación salida lo que hay en las carreteras es un plan de evasión, el reto de saltarse los límites en busca del monte o de la playa, jugar a Bonnie & Clyde, sentirse un prófugo. "Hágase cargo, señor agente: un mes sin comer...".