Pamplona Negra vuelve a comienzos de año con una nueva edición. A veces pienso si ese color no se estará quedando ya demasiado pegado a nuestras calles. Espero que no. Prefiero una ciudad en blanco y rojo. Pero está bien este guiño a la ficción literaria que convierte a Pamplona por unos días en la capital del noir.
Veo en el programa para 2026 que la primera de las mesas redondas que se van a celebrar lleva el siempre sugerente título de Verdades y mentiras. Los ponentes hablarán “sobre el peso de las mentiras y el riesgo de decir la verdad” intentando dar respuesta a si es lícito o no mentir alguna vez, sobre todo cuando algo importante depende de esa verdad.
Parece que han elegido el tema mirando lo que ocurre no solo en las paginas de una novela donde la mentira siempre se sostiene, sino observando la realidad. Porque de verdades y mentiras va sobrado Mazón.
Un año después de la Dana, con casi 230 muertos y miles de personas afectadas todavía a día de hoy no sabemos que hizo el ya ex p residente de Valencia en esa tarde en la que compartió mantel con una periodista.
Demasiadas mentiras sobre esa mesa que poco a poco se van indigestando. Porque justo ahora hemos sabido lo que comieron, cuánto gastaron; el tiempo que estuvo el coche de ella en el garaje y lo que le costó, pero no si Mazón sabía en ese tiempo, como era su obligación por el cargo, la magnitud de lo que estaba pasando y por qué no reaccionó. La verdad sobre lo que ocurrió esa tarde solo la sabe él y ha mentido ya tantas veces que parece haberse convertido en un personaje de novela negra.