Tras los diferentes períodos de preinscripción para las etapas educativas de Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato llega el tiempo de la FP. Parece sencillo pero no lo es. Planificar un nuevo curso escolar conlleva unos trabajos delicados y rigurosos, siendo que en el sistema educativo navarro la voluntad de las familias prima sobre cualquier otro criterio organizativo. Desde los años 80 tenemos en Navarra una educación y una enseñanza envidiadas en toda España. Estamos al nivel de los países europeos más desarrollados. Lo que se conoce como nueva FP en realidad comenzó a andar con la LOGSE en 1990. Algo ha llovido en estos 29 años.

En los años 90 costó muchísimo convencer a la gente de que tras las etapas de enseñanza obligatoria, Primaria y ESO, resultaba oportuno hacer una FP de grado medio, para quienes no querían hacer Bachillerato, y una FP superior, antes de ir a la universidad, para quienes superaran el Bachillerato sin problemas. Se comprendía esa resistencia porque en Navarra la tradición universitaria venía desde los años 60 con la llegada de la Universidad de Navarra. Este hecho, que para algunos como el que suscribe supuso la oportunidad de cursar estudios universitarios sin salir de Pamplona, provocó para otros su salida, exilio académico voluntario, tras no superar unas rigurosas pruebas de admisión. Y aunque ya había estudios universitarios públicos dependientes de la Universidad de Zaragoza, la creación de la UPNA en 1987, por voluntad expresa del Parlamento y Gobierno foral, aún incrementó más la demanda de titulaciones universitarias. Así que a nadie extrañaba que la FP fuera la pariente pobre del sistema. En aquellos años 70 descollaba por su alto nivel de calidad la Escuela Profesional de los Salesianos. Siempre estuvo apoyada por los sucesivos gobiernos de Navarra a la par que se abrían en la Comarca de Pamplona centros públicos de FP de tan alto nivel de calidad como Donapea, Donibane, María Ana Sanz, Virgen del Camino, Escuela Sanitaria, Escuela de Educadores, Hostelería y Estética y Peluquería en Burlada, etcétera. Junto a otros centros privados, de iniciativa social, como Cuatrovientos, Carlos III, Politécnico, etcétera. En toda Navarra se completa el cuadro con centros destacados en Tudela, Estella, Tafalla... No puedo citarlos todos. Consulten la herramienta NORA en la web del Departamento de Educación del Gobierno de Navarra.

Este próximo curso la gran novedad es la apertura del nuevo Centro Profesional de Salesianos en el valle de Egüés. Nace con toda la ilusión tras casi 15 años de intentos frustrados por una u otra razón. Como pamplonés nunca vi con buenos ojos esta salida de la capital navarra. Siempre dando la cara y razonando, ante Jorge Lanchas primero e Iñaki Lete después, intenté convencerles de que mejorasen sus instalaciones sin abandonar la calle Aralar. No fue posible y me rendí ante la evidencia. Les deseo el mayor de los éxitos en su nueva etapa.

Pero para mí el debate, el meollo del futuro de la FP está en la formación dual. Este Gobierno que hemos tenido estos últimos cuatro años ha trabajado mucho, y en la FP ha puesto su prioridad en la introducción de nuevos ciclos en euskera. No me parece mal si se atiene a la demanda, pero la oferta de la modalidad dual debe ser reforzada. Así nos lo enseñan los países europeos punteros en ella. Hay que buscar, y no es cosa fácil, la connivencia, la colaboración del mundo empresarial. Son ellos quienes poseen las instalaciones, la maquinaria, la tecnología más puntera. Hay que incrementar la formación práctica en las empresas sin descuidar la formación básica en los centros educativos de FP. Es un equilibrio difícil. Es un reto alcanzable pues nuestra economía se ha saneado en estos últimos años.

A todo esto, en 1995 ya advertí a la UPNA que el alumnado del siglo XXI llegaría a la universidad un poco más tarde, porque la tendencia a titularse como técnicos superiores de FP iría en aumento. Las cifras, los hechos muestran quizás carencia de información. Las universidades continúan organizando y ofertando cursos postgrado, másteres, para ganar alumnado y recursos. Yo sigo apostando por la FP tras el Bachillerato antes de ir a la universidad. Son dos formas diferentes de ver las cosas, pero no son excluyentes. Hoy el mundo laboral nos demanda técnicos de grado medio y técnicos superiores de FP. Hay trabajo para personas tituladas como técnicos superiores a los 20 años. Sin embargo, crecen las dificultades laborales para graduados universitarios con másteres a los 25 años. Estas son las opciones. Suerte y acierto en la elección.

El autor es profesor jubilado