Esta localidad es geográficamente como una cuña de La Rioja que se adentrase en la Ribera (Nabarra), lo que hace que tenga muga con varias localidades riberas como Castejón, Cintruénigo, Fitero y otras, con su trascendencia histórica. La llave que tiene su escudo, según nos explicaron, indicaba que quien poseyese Alfaro tenía el acceso a Castilla.

Creo que antaño habíamos estado en la localidad, pero ha sido en esta ocasión, quizá por ser época de emigración cuando la presencia de cigüeñas impresiona, al igual que las abundantes aguas del Ebro, vuelven sus sotos llamativos.

Unas explicaciones en el centro de interpretación nos aportaron curiosos datos sobre las cigüeñas. En Alfaro se da la mayor concentración existente de nidos de cigüeña blanca en un único edifico. Actualmente hay unos 120 nidos ocupados, en 1985 eran sólo 8, permanentemente sobre la Colegiata de San Miguel, que a su vez es el mayor templo de La Rioja. Más de 600 ejemplares sobre 3.000 metros cuadrados de cubierta. El hecho de que los nidos estén, aparentemente, siempre ocupados, puede dar la sensación errónea que algunas parejas ya no emigrasen, como es habitual de agosto a febrero, es decir que ya no hagan el viaje a África, ya que siguen viajando, algunas llegando hasta Senegal, lo que ocurre es que otras que están de emigración aprovechan los nidos vacíos para descansar temporalmente unos días. A esta ave le dedican su día y recogen el refrán Por San Blas la cigüeña verás, si la vieres año de bienes, uniendo en ese día la fiesta religiosa con la pagana.

En el centro se concentran los principales edificios, el palacio Abacial, la iglesia de San Francisco, la cárcel vieja y otros, pero la curiosidad nos lleva por la calle Cuevas del Castillo hasta la cumbre del monte Tambarria, donde aún quedan las bases de un viejo torreón, además de una impresionante y estratégica visión del entorno.

Al volver al centro coincidió con encontrarnos en el mirador de las cigüeñas que da a la parte trasera de la colegiata. Es verdaderamente impresionante la visión que dan un número tan grande de cigüeñas sobre la cornisa del templo. Sus vuelos y el castañeo de sus picos rompen su aparente inmovilidad.

En dicho mirador había dos matrimonios jóvenes de la localidad, y un crío le llamaba a su padre “Aita!”, comentándole éste al otro padre que como convivían con gente del norte de Nabarra al crío se le había pegado. Agradable conversación con él sobre la antigua presencia del euskera en la zona, y muy receptivo me afirmó que sí, que un profesor se lo había comentado. La verdad es que nos topamos con gente muy amable. Otro nos hizo referencia al viejo nombre de la localidad, Grakurris, que lo tenían muy presente.

Acabamos en los sotos del Ebro, desde donde se divisaba una rojiza puesta de sol sobre el monte Yerga y la peña Isasa, sobre los que me habló un señor, así como del mojón donde se juntaron los cuatro reyes -Nabarra, Castilla, León y Aragón-, que según posteriormente he leído fue para planear y debatir sobre la batalla de las Navas de Tolosa. En la Segunda Edad de Hierro hay constancia de la población vascona de Ilurcis, sobre la cual el general romano Tiberio Sempronio Graco fundaría Grakurris. El estimado catedrático Santiago Segura recoge la cita del geógrafo griego Ptolomeo (100-170 d.C.) que menciona a Grakourís entre las ciudades vasconas. Esta ciudad de Graco, tiene el elemento uri villa, pueblo, vigente en el euskera occidental, como Uribarri, Uriarte?

Lo citado por Ptolomeo es bastante lógico, pues Caro Baroja, basándose en fuentes romanas, también incluye a Calahorra como ciudad vascona.

En lo alto del Yerga parece que estuvo el asentamiento inicial del grandioso monasterio cisterciense de Fitero. Este monte es un referente no solo por su 1.100 m de altura, sino porque entiendo que ha sido una protección de su asentamiento. Su etimología la veo unida al euskera. En la Sakana (Nabarra) tenemos el topónimo Erga, además de Lerga, Uterga y otros similares repartidos por el Viejo Reino, que da para varias hipótesis. Otro termino euskeriko de Alfaro es Zurruki/zorroki (Top. Eusk. Rioja).

El nombre Alfaro se cree puesto por los árabes, habiéndose interpretado en ocasiones con la función alfarera, pero también con el árabe Al-Faruh, el castillo, faro. Inicialmente, si bien pensaba en la primera posibilidad, posteriormente también he pensado en la segunda teniendo en cuenta que Haro procede de Faro, y que al igual que los vascones, pueblos milenarios, como el persa, también utilizaban faros, es decir grandes antorchas de fuego para orientar en la Ruta de la Seda.

Dice Segura sobre la milenaria ciudad vascona de Ergavica que en el Ravennate aparece como Erguti, indicando que Cortez opina que es un despoblado llamado hoy Yerga, en un monte en el que se fundó originariamente el monasterio de Fitero. Si esta forma Erguti fuese correcta, tenemos Arbiguti (Yerri), Euntzeguti (Urdiain), Arangutia (Metauten), Landagutia (Eskarotze). Estas formas las cito porque la inicial me hizo pensar en las abundantes Ergoiena parte arriba del pueblo, es decir en Ergoiti - Erguti, como Arangoiti-Aranguti, cuya evolución tengo ampliamente documentada.

Más al oeste tenemos la peña de Isasa, 1.471 m, nombre euskeriko que significa retama, una cumbre muy significativa en la Rioja Baja, visible desde el Yugo (Arguedas), y que está unida tanto a la mitología vasca como a la clásica, fuerza de jentiles/Sansón que lanzan enormes piedras. También tenemos el monte Muga (Tarazona) y otros.

Según oímos en entrevista de Iñaki Gabilondo en la Universidad de Columbia al prestigioso científico Rafael Yuste, este neurobiólogo estudia euskera porque le parece precioso y es el único idioma que queda en Europa preindoeuropeo, indicando que no sólo se debía dar en las escuelas a nivel estatal sino europeo. Indica que tiene una estructura gramatical precisa e increíble y una manera de describir el mundo que le entusiasma. Mi humilde agradecimiento a este señor de origen riojano.

Hay más topónimos que nos dan testimonio de la presencia del milenario euskera en esta zona, en Ezkarai la proporción es muy grande, que resistieron el paso del imperio romano y que forman valiosa parte de nuestro patrimonio a mantener y proteger.