Para reivindicar el Día Internacional de Acción Global a favor de la Salud de las Mujeres, este martes, 28 de mayo, a las 19.00, la Asociación Sare e IPES, en colaboración con Golem, realizaremos un video fórum, en Golem Bayona, con la proyección de la película Hysteria de Tanya Wexter, 2011. Con esta película queremos transmitir que las mujeres tienen necesidades y deseos respecto a su sexualidad durante todo el ciclo vital, y el derecho de poder expresarla de forma libre. La entrada es gratuita. Esperamos que os animéis y podamos disfrutar de la película y posterior coloquio.

La decisión de celebrar el día internacional de acción global a favor de la salud de las mujeres fue tomada en la reunión de integrantes de la Red Mundial de Mujeres por los Derechos Sexuales Reproductivos realizada al terminar el V Encuentro Internacional sobre salud de la mujer, en Costa Rica en mayo de 1987. Desde entonces cada 28 de mayo se llama la atención sobre el derecho de las mujeres a disfrutar de una salud integral a lo largo de toda su vida.

Vivimos en un mundo sexista que ha establecido diferencias entre las personas partiendo de nuestra diferencia sexual y biológica y que no atienden las diversidades que puedan afectar a nuestra salud. Los estudios clínicos y los tratamientos médicos son androcentristas, no tienen perspectiva de género. Se ha investigado en el cuerpo de los hombres para definir las enfermedades, aplicando los resultados posteriormente a las mujeres, ignorando que nuestros cuerpos funcionan y dan respuestas de manera distinta ante problemas comunes. Por ejemplo, la manifestación de un infarto las mujeres presentan síntomas diferentes que los hombres. Estos síntomas son similares a los de la ansiedad y el 85% de las mujeres son diagnosticadas como histéricas o depresivas y desde los servicios médicos se les prescribe ansiolíticos y/o antidepresivos, yéndose silenciadas a casa.

Por otro lado, las mujeres tienen más esperanza de vida y más años de enfermedad o cronicidad de la misma. Además, procesos naturales como la menstruación y la menopausia se han considerado enfermedades y se ha producido, así, una medicalización de la vida. Éstos han sido utilizados por las industrias farmacéuticas para obtener beneficios económicos.

El mal diagnóstico y el diagnóstico tardío son consecuencia, también, del impuesto rol de género sobre los cuidados que las mujeres deben ofrecer a sus familias, olvidándose de ellas mismas y acudiendo mucho más tarde a los servicios sanitarios.

Las instituciones públicas deben garantizar, promover y proteger la salud desde una mirada holística y con perspectiva de género (eliminando todas las barreras legales, económicas, religiosas y culturales) como derechos humanos y derechos de ciudadanía, expresados en: salud sexual y reproductiva plena, durante todo el ciclo vital; maternidad voluntaria, gozosa y protegida, y respeto a quienes expresen la decisión de no ser madres; acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, con buena calidad de atención, oportuna y asequible; acceso garantizado a todos los métodos anticonceptivos, incluyendo la anticoncepción de emergencia; derecho al aborto libre, seguro y legal, y fin de las persecuciones contra las mujeres que abortan; respeto a la libre decisión de las mujeres sobre su sexualidad; rechazo a toda expresión de violencia y coerción en estos ámbitos, proveniente de su círculo íntimo, de extraños o de instituciones; fomento a las responsabilidades compartidas entre mujeres y hombres en salud sexual y reproductiva, en especial, en la regulación de la fecundidad, prevención de infecciones de transmisión sexual (incluyendo el VIH/Sida), y cuidado familiar.

A nivel mundial los datos avalan que es imprescindible el empoderamiento de mujeres y el control de su salud sexual y reproductiva. Para vivir la sexualidad que deseamos vivir, es necesario que se eliminen todas las presiones, violencias y controles sobre el cuerpo de las mujeres.

Las autoras son miembros de la Asociación Sare Elkartea