Estimado Señor Director,

Le escribo a propósito del artículo publicado en el diario de su dirección, publicado el pasado domingo 29 de septiembre de 2019 cuyo autor es Santiago Cervera y con el titulo de “Totalitarismo climático”.

Me sorprende que su diario dé cobertura a las afirmaciones en él vertidas cuando en otros periódicos de ámbito nacional e internacional (https://www.theguardian.com/environment/2019/may/17/why-the-guardian-is-changing-the-language-it-uses-about-the-environment) tienen cuidado en no caer en la doble trampa que el autor les ha tendido y cuando con ella (la trampa) el autor quiere justificar todas sus afirmaciones en dos, las podemos llamar, medio verdades: la primera intentar profundizar en la confusión semántica del propio Cambio Climático, sobre todo cuando se intenta tergiversar la realidad con respecto a qué significa Calentamiento Global. La segunda cuando se intenta razonar mostrando una supuesta realidad sobre las mejoras en protección ambiental en Navarra y en nuestro entorno próximo. Sobre todo cuando esas mejoras y el propio medio ambiente, están amenazados por el cambio climático local que pretende negar el mencionado autor.

Debemos volver a insistir en que es la práctica totalidad de los meteorólogos y climatólogos del planeta tierra los que investigan, comprueban y afirman la complejidad de los fenómenos relacionados con Calentamiento Global y Cambio Climático. No son opinadores, no son tertulianos o periodistas, no son ni siquiera maestros o ex políticos. Son la práctica totalidad de esos especialistas mencionados y agrupados en la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) a través del Grupo Internacional de expertos en Cambio Climático (IPCC). Con estas credenciales, yo al menos, tendría un poco de cuidado en no tergiversar, al menos, el glosario de términos.

El Calentamiento Global está motivado por la concentración de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en la atmósfera. Esta concentración de GEI se ha ido intensificando en las dos últimas décadas, y desde que se empezó a medir en los años 1970, hasta alcanzar 415 partes por millón el pasado mes de mayo de 2019. Esa concentración de gases no se había producido nunca jamás en la historia del planeta (las últimas investigaciones parece que avalan tres millones de años), según investigaciones de esos prestigiosos científicos mencionados, que también han demostrado la perfecta correlación entre temperaturas y concentración de CO2 y que no están relacionados con ciclos climáticos: ni el de 24 horas (día-noche), ni el mensual (ligado a la luna) ni el estacional (aquí cuatro estaciones, pero en otras latitudes una o dos o tres, porque precisamente se deben a la situación latitudinal y el ángulo del eje de la tierra), ni a ciclos relacionados con la Circulación General Atmosférica ni, tampoco, de las corrientes marinas. Ni tampoco con otros ciclos astronómicos: ni al ciclo anual, que se corresponde con la traslación y la posición de la tierra respecto al sol (ciclos estacionales) ni a otros ciclos investigados ligados a diferentes fenómenos. El Calentamiento Global tiene origen antropogénico y es debido a la combustión de combustibles fósiles y, en menor medida, a otras actividades promovidas por la especie humana.

Y si, si, si, existen cambios climáticos o Cambio Climático si nos referimos al estado global del planeta. La temperatura media del planeta se ha incrementado. No voy a aventurar ninguna cifra. Pero el límite de no retorno se ha establecido en 1,5°C en 2030. Y si, si, si? existen cambios climáticos: los patrones de comportamiento de los elementos del clima están cambiando, a nivel global (planeta) regional (zonas latitudinales y continente) y local (países, cuencas, valles y comarcas). Y recordaremos los elementos del clima: la temperatura, la presión, la precipitación, la humedad y el viento. Insisto, los patrones de comportamiento de los elementos del clima están cambiando: se observa en datos históricos de las estaciones meteorológicas y en los análisis realizados para periodos climáticos pasados (1901-1930, 1931-1960 y 1961-1990), en el clima presente (1991-2017).

Con esos datos históricos se han realizado los diferentes escenarios y proyecciones de datos que abarcan desde 2005 hasta 2100.

Y si, si si, existen cambios climáticos porque las condiciones globales de los elementos del clima en un lugar determinado se ven alterados por los factores del clima: la posición de ese lugar en los continentes y respecto a los océanos, su altitud, su orientación, su geología, su cobertura vegetal, la cultura y los usos antrópicos, etc.

Y los análisis climatológicos (de los elementos y los factores del clima) que pueden hacerse con ellos, también en periodos de treinta años, dejan preocupantes conclusiones sobre el efecto en los servicios ecosistémicos que la naturaleza ofrece a la especie humana. Y en nuestro caso en Navarra. Por favor pregunte a los técnicos responsables de diversos servicios del Gobierno de Navarra o de la administración local, que puede que no pertenezcan al IPCC, pero son “opinadores” que leen. Si, y precisamente afectan a eso que el señor Cervera manifiesta que se ha cuidado muy bien. Se ha hecho mucho y bien, pero debemos conocer y actuar más y urgentemente para conservarlos y adaptarse al Cambio Climático.

Esos servicios ecosistémicos son la biodiversidad y los hábitats, el paisaje, las especies forestales, la producción de alimentos y fibras, el ciclo del agua, pero también la cultura y las ventajas competitivas de los grupos sociales en el aprovechamiento de los recursos.

El problema es global y local, y ahí es donde existen los riesgos para las sociedades humanas. Porque aunque dejáramos hoy de emitir GEI (estrategias de mitigación), la atmósfera ya tiene una carga contaminante tal que la inercia de los cambios o efectos en los climas locales no se parará de inmediato. Y por eso debemos adaptarnos también a los efectos del cambio climático. Es responsabilidad de la sociedad y de las instituciones públicas proteger y conservar el patrimonio natural y cultural.

Por eso cada una de las afirmaciones que hace el señor Cervera en su primer párrafo también están afectadas por riesgos concretos del cambio climático: la incertidumbre ligada al ciclo del agua porque los recursos hídricos están en riesgo ante los cambios en el régimen de las precipitaciones y porque por una lado debemos conservar el “estado natural”, según las directivas europeas y también proveer algunas infraestructuras y usos (drenajes sostenibles, redes de abastecimiento y evacuación, depósitos, etc). No todo se depura con “técnicas muy avanzadas”, tenemos que reducir la producción de recursos y reutilizar al máximo, y minimizar el consumo de energía en el reciclaje. Es nuestra responsabilidad no emitir plásticos al mar, si al mar. Aunque Navarra no tiene costa también tiene responsabilidad en cumplir ese objetivo de desarrollo sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Quedan basurereros ilegales e incontrolados, puede darse un paseo por Navarra, preguntar a las Mancomunidades o simplemente, observar la poca educación que tenemos la inmensa mayoría de los ciudadanos cuando salimos a la naturaleza. Si, se han eliminado tierras contaminadas, pero nuestros suelos pierden vitalidad y diversidad, no están contaminados de sustancias peligrosas pero su regeneración cada vez es más difícil y su productividad es menguante. Tenemos un parque de viviendas inadaptado al clima, se trata de renovar y construir de forma que el confort necesario sea eficiente energéticamente? ¡en fin!

Prefiero no seguir?

Es urgente actuar ya, todos, individual y colectivamente, adquiriendo compromisos y persiguiendo su cumplimiento. Y cuando antes iniciemos el cambio, mejor, esa llamada transición, que no es única sino que es preciso una transición tecnológica, que permita superar la dependencia tecnológica de combustibles fósiles; una transición energética que permita cambiar el modelo de producción de la energía necesaria para la sociedad; la transición económica que permita incorporar “procesos verdes” en el sistema productivo, financiero y contable; una transición climática que nos permita conocer y preparar nuestro entorno próximo a esos cambios; una transición social que permita las personas adaptarse a los cambios necesarios; una transición clutural que empieza por no tergiversar el mensaje científico; una transición justa para todos, incluso para el planeta y que no deje a nadie atrás. Porque recordemos, no, no hay planeta B para los humanos, que somos los que estamos en riesgo. El planeta A, o la Tierra, seguro que sigue p’alante, pero sin nosotros (navarros o no).

Señor director, me pongo a su disposición para aclarar cualquier afirmación incorporada en el escrito.

Atentamente