oy, 2 de abril, se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una fecha instaurada por la Asamblea General de las Naciones Unidas para visibilizar la necesidad de que todas las personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) dispongan de las herramientas necesarias para ejercer sus derechos y libertades fundamentales. Puedo aprender. Puedo trabajar es el lema de la campaña 2020 en toda Europa. Su principal objetivo es visibilizar que las personas con autismo tienen habilidades y capacidades, pero no siempre pueden desarrollarlas por falta de apoyos suficientes, tanto en el sistema educativo como en el mercado laboral. En el marco de esta campaña, la Asociación Navarra de Autismo - ANA, en colaboración con Autismo España y Autismo Europa, se ha propuesto visibilizar esas habilidades a través de testimonios de personas con autismo, de sus familiares y de los profesionales que trabajan dándoles apoyo. Estos testimonios reflejan las dificultades a las que se enfrentan las personas con autismo en su día a día y, también, cuáles son los beneficios para aquellas que consiguen superarlas. Desde falta de apoyos en la escuela y dificultades en su inserción laboral, hasta sus logros académicos y profesionales, sin olvidar sus propias emociones y reivindicaciones. Estos testimonios ayudan a trasladar la realidad del colectivo a toda la sociedad para conmemorar el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo.

Me gustaría trasladar alguno de esos testimonios, como el de Alicia, que nos dice: “Soy una mujer de 42 años con TEA1 (Asperger) y TDAH, llevo 22 años trabajando en la misma empresa y nadie lo sabe, estoy bien valorada por los mandos, pero, ¿y si lo supieran?”. O Esther, familiar de una persona con TEA, que nos dice: “La inclusión de un alumno autismo en un colegio ordinario depende de la calidad y la vocación del profesorado, porque la falta de formación entre ellos es todavía muy grande; por eso todo se ve condicionado por las ganas de enseñar, integrar y aprender del tutor o tutora en cuestión”. Y Jesús, otra persona con autismo nos dice: “Cuando empecé la vida laboral tuve problemas con jefes y compañeros. Cuando me descubrieron un síndrome de TEA, comprendí muchas de las cosas que me pasaron en la vida de estudiante. Soy un diagnosticado tardío y no he comprendido muchas cosas en la vida de niño y juventud”. O Luis, un trabajador social nos dice: “Las personas con TEA son personas especiales, con una gran sensibilidad. Es vital proporcionarles los apoyos necesarios para su incorporación en el mundo laboral”. E Inés, persona con TEA nos dice: “Soy muy trabajadora y he estudiado dos carreras: Biblioteconomía y Documentación; y el Grado de Información y Documentación. He hecho prácticas en la biblioteca de León y la editorial MIC. Y también he estudiado piano y solfeo”. Y Belén: “Soy una chica de 30 años que tiene TEA. He tenido experiencias positivas y negativas. Las negativas han sido cuando era pequeña. En la ESO mis compañeras se metieron conmigo de diferentes formas: encerrándome en el cuarto de baño o robándome cosas”. Y Mercedes, que nos dice: “Ahora estoy en el paro. Me gustaría que los empresarios nos tuvieran en cuenta para determinados trabajos porque somos capaces de hacer lo mismo que el resto”.

El lema Puedo aprender. Puedo trabajar pone el foco en la educación y el empleo, dos ámbitos fundamentales para conseguir la participación efectiva en la sociedad de las personas con autismo y, por consiguiente, la mejora de su calidad de vida. En los últimos cinco años ha habido un considerable incremento del alumnado escolarizado con autismo: más del 118% entre los cursos 2011-12 y 2017-2018. Pero el alumnado con TEA tiene un riesgo mayor a ser víctima de acoso escolar (más del 50% del alumnado con este trastorno sufre bullying) y se han detectado índices altos de abandono escolar al finalizar la Educación Secundaria en comparación con los índices de continuidad del resto del alumnado escolarizado en educación no universitaria. Tampoco está suficientemente desarrollada la orientación vocacional y las experiencias de prácticas y no hay conexión entre las últimas etapas educativas con los servicios de empleo. En este sentido, es necesario hacer explícita su mayor vulnerabilidad frente a otros colectivos, enfrentándose a mayores tasas de desempleo, sufriendo una mayor exclusión en el mercado de trabajo; así, se estima que más del 90% de las personas con autismo están desempleadas, por lo que reivindicamos soluciones ante la escasez de servicios de apoyo para adultos y a una falta generalizada de comprensión sobre las capacidades de las personas con autismo y su potencial laboral. Por todo ello, el Día Mundial de Concienciación del Autismo nos unimos todos, un año más, para formar y sensibilizar a la sociedad: Tú nos puedes ayudar. Muchísimas gracias.

Presidenta Asociación Navarra de Autismo