uando en el mes de marzo de 2020, se presentaron los documentos iniciales de los cinco proyectos de instalaciones eólicas, promovidos por Sacyr Concesiones S. L. U., ubicándose los aerogeneradores en los términos municipales de Juslapeña, Odieta, Ezcabarte, Olaibar, Esteribar, Valle de Egüés, Lizoain y Erro, y afectando una de las líneas de evacuación a los términos municipales de Olaibar, Ezcabarte, Juslapeña, Berrioplano y Orkoien, y la otra a los municipios de Esteribar, Valle de Egüés, Aranguren y Galar. Algunos ayuntamientos y concejos afectados, así como asociaciones y colectivos vecinales denunciamos los graves impactos que tales proyectos conllevan para el medio ambiente, la bio diversidad, el suelo, la fauna y flora y para las personas. En Egüés se revitalizó la plataforma ciudadana Eguesibar zain dezagun y en el conjunto de pueblos y valles afectados la plataforma Herriak bizirik.

Con fecha 2 de noviembre de 2020, por parte de la Dirección General de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, se ha emitido informe de alcance sobre los documentos previos presentados por la promotora. Donde se viene a ratificar las apreciaciones que los colectivos sociales y entidades locales hicimos en su momento sobre las importantes afecciones ambientales y paisajísticas que suponen esos proyectos.

El informe señala, entre otras cuestiones, que en la zona de actuación existen varios hábitats catalogados de interés comunitario según la Directiva 92/46/CEE que podrían verse significativamente perjudicados por las obras necesarias para el montaje y funcionamiento del parque.

Igualmente dice que los proyectos afectan a montes catalogados de utilidad pública de Navarra. Reseña que la ubicación de los generadores en cimas y pendientes rocosas condiciona seriamente la viabilidad ambiental de los proyectos, así como que todos los aerogeneradores se situarían en suelo catalogado en el POT-3 como suelo no urbanizable de protección por su valor ambiental por conectividad territorial.

Destaca que, en muchos de los aerogeneradores propuestos, la afección ocasionada con la destrucción de la topografía natural y la instalación de los aerogeneradores, conllevarían un impacto paisajístico, ecológico y social de especial relevancia, que podría condicionar seriamente la viabilidad de los proyectos. Añade, que muchos de los molinos propuestos se ubicarían dentro de zonas calificadas como no aptas para la acogida de eólicos, y otros dentro de zonas con limitaciones ambientales según el Plan Energético de Navarra Horizonte 2030. Incide en la cercanía de los aerogeneradores a numerosos núcleos de población y la afección acústica en los mismos, cuestión que no puede ser subsanada.

Concluye el informe con la valoración de que los impactos ocasionados por los parques eólicos y sus infraestructuras de evacuación pueden ser importantes y por tanto pueden condicionar seriamente la viabilidad ambiental de los proyectos planteados.

Por todo ello consideramos que este informe avala nuestras posiciones críticas a los proyectos presentados por Sacyr, y refuerza la oposición ciudadana a estas instalaciones, por las graves e importantes afecciones medio ambientales y paisajísticas que comportan y la imposibilidad de que puedan ser subsanadas.

Proyectos como los de Sacyr, ya sean eólicos o solares, están proliferando como moscas por todos los rincones de Navarra, y ello no responde a una planificación estructurada de generación de energías, aunque sean renovables, sino a un modelo irracional de iniciativa privada que se basa en la búsqueda de la rentabilidad y el beneficio sin reparar en el irreparable daño que se hace al medio ambiente, a la naturaleza y a las personas.

Este modelo ha devenido obsoleto. Las instalaciones a gran escala de renovables promovidas por grandes inversores no está suponiendo beneficio alguno ni para los consumidores o el sistema eléctrico, ni ayuda a combatir el cambio climático, ni reduce las emisiones de gases de efecto invernadero que siguen creciendo, porque no son sostenibles. Conseguir los objetivos de reducción de emisiones de efecto invernadero, no depende de instalar grandes infraestructuras eólicas o solares, sino de cambiar a un modelo energético basado, no en la rentabilidad empresarial, sino en la integración del consumidor como agente activo, creando comunidades ciudadanas de energías renovables, microrredes, autoconsumo, etcétera.

La Comunidad Foral de Navarra tiene que trasponer a su normativa la Directiva de la Unión Europea 2019/944, sobre el mercado interior de la electricidad, y ello supondrá un cambio espectacular del modelo energético convencional al situar en el centro del sistema eléctrico a las personas consumidoras activas y la gestión eficaz de la demanda. Todo lo contrario de lo que significa el modelo rentista de renovables al que responden la totalidad de los proyectos presentados.

En Navarra es necesario poner en pie un Plan que garantice una Transición Ecológica Justa y Democrática, para reducir las emisiones tóxicas, pero sin que ello conlleve la destrucción de nuestro territorio. Este Plan requiere la puesta en marcha de un debate ciudadano que posibilite el ejercicio de la soberanía energética de la Comunidad Foral.

Por todo ello no podemos dejar que, mientras se adapta la normativa europea y se elabora una planificación democrática de generación y distribución de energía, se vaya ocupando nuestro territorio de polígonos industriales eólicos y de macro instalaciones solares. Por lo que el gobierno de Navarra debe aprobar urgentemente una moratoria de todos los proyectos de instalaciones industriales eólicas y solares previstas en Navarra, aunque estén en proceso de autorización.

Asociación vecinal URBI del Valle de Egüés (integrante de las plataformas Eguesibar Zain Dezagun y de Herria Bizirik)