De muy buena noticia, al menos así debería considerarse ésta de la intervención por parte de Aranzadi en el castillo y alrededores del monte San Miguel de Miravalles oihana en la villa de Uharte. Tras el éxito obtenido en su intervención de Irulegi, algún conocido comentaba, no sin cierta sorna, si tal vez pudiera darse el caso de encontrar, complementando a la afamada mano, el pie de Miravalles. Y aunque no tan publicitada, me vi en la obligación de matizarle el que, si bien no con la relevancia de la última, las prospecciones realizadas en su día por la empresa Navark SL, bajo dirección de Mikel Ramos Aguirre, dieran su fruto habiéndose encontrado restos de cerámica prehistórica estando depositados, según creo, en los fondos del Museo de Navarra. Al respecto es reseñable el comentario recogido en el informe proyecto de musealización del año 2005 en el apartado de documentación arqueológica dedicada a las conclusiones del inventario indicando el que: “resulta muy importante y llamativa, la presencia de un gran número de fragmentos cerámicos (51,4%) cuya cronología se adscribe de forma preliminar a algún momento entre el Bronce final y Edad de Hierro, fase cronológica no documentada con anterioridad”. Y más adelante, refiriéndose a la primera ocupación del Alto de Miravalles describiendo el que: “Este descubrimiento ha sido una importante novedad en cuanto a la investigación histórica se refiere, pues se constituye en un hallazgo inédito. En efecto, en la bibliografía científica referente a la ocupación del Alto de Miravalles no se cita la presencia de actividad alguna en este momento cronocultural y la primera ocupación se sitúa en la Edad Media”. Si bien, posteriormente, dicho informe habrá de matizar el que “no se ha localizado ningún tipo de estructura in situ que pudiera ilustrar sobre el tipo de ocupación y/o actividad desarrollada en la zona”. (Págs., 20 y 23-24). Oportunidad que se ofrece, siquiera gratuita y colateralmente a la nueva intervención.

Como es conocido, la prospección e intervención comenzó en el año 2002, habiendo concluido en el de 2006, contemplando proyecto de museización que no fuera llevado a cabo, tal vez debido al desinterés mostrado en este sentido por parte de las corporaciones que desde entonces hasta el día de hoy se han ido sucediendo, excepción hecha de alguna que otra esporádica campaña de limpieza a iniciativa del concejal de Cultura del momento. Lo que ya es de agradecer. Y por esos mismos años se editó por parte del M.I. Ayuntamiento de Huarte/Uharteko Udaletxea un divulgativo folleto cuyo texto bilingüe corrió a cargo de Mikel Ramos Aguirre y José Antonio Sanz Mosquera bajo título de Lugares históricos de Huarte/Uharteko leku historikoak.

Contemplaba dicha intervención principalmente dos áreas: la cima del monte y la falda sureste del mismo donde habrían de ubicarse el castillo de San Miguel (por la advocación de la ermita próxima o al interior del mismo), siendo recogido en la documentación como de Huarte (Hugarte), y el monasterio de San Esteban, que en momento dado diera nombre también al monte como de Santesteban. Y aprovechando la circunstancia este equipo también elaboró el informe del complejo de viviendas y casas en las proximidades del monasterio, conocida como casa Tasonekoa (posterior de Azparren, Salaberri y, sobre todo últimamente, como de Beroiz, por sus últimos residentes) previo a su derribo en el año 2007.

Por tanto, una primera observación debería dar cuenta de que ya existe un trabajo previo basado en esta intervención que espero pueda servir en el arranque de las nuevas intervenciones previstas y avaladas por la administración foral a través de la Institución Príncipe de Viana, como así lo fuera anteriormente por el Servicio Navarro de Empleo. De aquellas campañas primeras formó parte como auxiliar de arqueología nuestro fotógrafo uhartearra José Manuel López Ozaeta. Como concejal de Cultura de esa legislatura debo decir que fueron años muy emocionantes y que el devenir de nuestra población ganó, nada menos ni más, que un milenio de proyección protohistórica desde la transición de la Edad de Bronce- Hierro al día de hoy. Entre este desconocido periodo hasta la Edad Media se coló otro dato recogido, esta vez en una historia encargada por la vecina villa de Villava Atarrabia, Villava, ocho siglos de historia /Atarrabia zortzi mendeko historia, de los historiadores Francisco Miranda Rubio, Jesús Balduz y Fernando Serrano (2007). Abundando sobre el tema y tomando como fuente de referencia los trabajos dirigidos por A. Castiella Rodriguez en Poblamiento y territorialidad..., dichos autores recogen: “Sin precisión cronológica exacta, más bien situados en un momento prehistórico no determinado, se hallan los yacimientos de Esturigáin y Urbizcain (Huarte/Uharte), localidad vecina a Villava”. Recogiendo asimismo la primicia de que, asimismo, “en las recientes actuaciones arqueológicas llevadas a cabo en el monte Miravalles-Ohiana […] se han recuperado vestigios (cerámicas) datadas en la I Edad de Hierro”. En el mismo estudio se menciona el que de época romana el yacimiento más cercano a Villava/Atarrabia es el de Urbizcain en Uharte.

Son todos ellos datos que me han dado en pensar lo apropiado de un término como el de gazteluondoa que nos apareciera datado en el año de 1554 en las proximidades de la Trinidad de Arre, con al parecer ineludible referencia a nuestra fortificación, tal y como fuera recogido en el Estudio Toponímico de la Villa de Uharte editado por el municipio en el año de 1993.

Aun desconociendo el proyecto, marcado por la excelencia como es preceptivo en todo lo que realiza la sociedad Aranzadi, me atrevo a sugerir que esta nueva oportunidad de puesta en valor del castillo de Uharte como hermoso mirador de los valles adyacentes, lo que siempre ha sido, de ahí su nombre de Miravalles, beneficiándonos del significado del topónimo comentado, indague, por ende, sus alrededores.

El autor es exconcejal de Cultura del Ayuntamiento de Uharte