El pasado 1 de noviembre fue inaugurado en Ibardin un monumento a los contrabandistas de aquellos pueblos, montes y valles. El homenaje fue promovido por los ayuntamientos de Bera y Urruña, pueblos a ambos lados de la muga, contando con la ayuda económica del Gobierno de Navarra. Junto a la escultura, un texto en euskera, francés y castellano reza así: “En memoria de quienes día y noche, arriesgaron su vida transitando por estos montes, con una carga a la espalda”. El acto contó con la presencia de los alcaldes de ambos pueblos de ambos lados de la muga y otras autoridades, artistas, comerciantes, txistularis, dantzaris, bertsolaris, etcétera.

También en Zugarramurdi, en este caso, por iniciativa popular, fue inaugurado el 27 de noviembre un monolito-homenaje a Miguel María Iturbide Elizalde de Jangoneko-borda, joven de 16 años abatido por un disparo de la Guardia Civil la madrugada del 8 de noviembre de 1967 cuando junto a otros dos vecinos del caserío Iruingo-borda, intentaban pasar unos terneros al otro lado de la muga, en el término de Laputsegaraia. Un contrabando obligado por la precariedad económica de aquellas gentes y por la existencia cercana de una muga impuesta al lado mismo de sus caseríos. Al parecer, era la primera vez que Miguel Mari tuvo que participar en uno de estos gau-lana o trabajo nocturno y desgraciadamente le costó la vida y a punto estuvieron sus dos compañeros de perderla también esa noche. El emotivo acto de inauguración contó con la intervención de txalapartaris, txistularis, aurreskularis, oradores, bertsolaris, etcétera y por supuesto con familiares, amigos y allegados de Miguel Mari.

Ahora hace 10 años, el 8 de enero de 2013 en Elizondo, se erigió el primer monumento en Navarra a esos forzados mugalaris, más conocidos por contrabandistas, que arriesgando muchas veces sus vidas, trabajaron largas, duras y arriesgadas jornadas nocturnas obligados, en muchos casos, por unas escasas economías rurales y sobre todo por una muga impuesta por dos imperios coloniales como Francia y España. Muchos de esos caseríos lograron mantenerse, en buena medida, con el aporte de esa ilegal actividad económica y en muchísimos casos evitando la enorme y forzada emigración a América y Europa de muchos vecinos de la zona.

Este grupo escultórico Gau-Lana se compone de tres grandes bloques de piedra roja extraídos de la cantera de Eskiz en el cercano pueblo de Azpilikueta. Cada uno de los tres bloques de alrededor de 2 tm. refleja a un contrabandista cargado con el correspondiente paquete a la espalda en diferentes posturas; de marcha, descanso y agotamiento; propias de su penoso trabajo.

Rematando este grupo, una luna en cuarto menguante corona el extremo de un poste metálico sobre el que aparece el lema Gau lana, título del grupo citado.

Este monumento fue financiado por el elizondarra Pedro Esarte e ideado y realizado por el que esto suscribe. Tengo que decir aquí que el generoso donante es un baztanés ilustre, autor de 25 libros sobre historia de Navarra, siendo un gran especialista y referente obligado sobre el siglo XVI y sobre todo, en la época de la conquista militar de Navarra. Ha colaborado, asimismo, en más de cincuenta publicaciones y es autor de cientos de colaboraciones en prensa. Uno de sus libros, justamente trata sobre el tema que nos ocupa: “El contrabando en Baztán contado por sus protagonistas”.

Por desgracia, y a pesar de haber sido el primer monumento en Navarra dedicado a esta importante actividad económica que, de alguna manera, implicó a gran parte de la población del Valle del Baztán y de otros muchos valles navarros. Paradójicamente este monumento donado a su pueblo no fue inaugurado de manera oficial, por ciertos problemas con la alcaldía y grupo municipal de aquel momento. Se nos exigió entonces la representación en el grupo de una mujer contrabandista con el argumento de la “paridad”. Nosotros respondimos que el trabajo nocturno de paqueteros era exclusivamente masculino, incluso muchos hombres no pudieron dedicarse a ello, por no reunir las duras condiciones físicas necesarias. No se trata en este caso de una cuestión de paridad y así lo defendimos en el Batzarre convocado exclusivamente para tratar este tema, el 25 de enero de 2013. En dicho batzarre expusimos nuestros argumentos, entre muchos otros, el ejemplo de un posible y merecidísimo monumento a las lavanderas o de las enarak o golondrinas pirenaicas, donde, de ninguna manera meteríamos, de darse el caso, a ningún hombre, por no tratarse de un asunto de “paridad”, sino de tradición histórica. Tras todas las intervenciones de los allí presentes, se decidió por amplia mayoría instalar el grupo escultórico tal como estaba diseñado. Seguramente ante la polémica levantada entonces, la participación en dicha convocatoria fue casi en su totalidad femenina; participando en ésta, mujeres de todas las edades, pero, casualmente, no acudió la entonces alcaldesa del valle.

La generosidad de Pedro Esarte llegó al extremo de donar los beneficios de su libro Historia de la Junta General del Baztan para destinarlo a la inauguración del monumento, ahorrándole al Ayuntamiento del valle hasta ese gasto.

Personalmente opino que la inmensa obra y gran generosidad de Pedro Esarte no tienen parangón en todo Baztán y merece, como pocos, un homenaje del Ayuntamiento del Valle, por su ingente obra y por supuesto, la debida inauguración del grupo escultórico Gau-Lana por él donado.

Diez años después, sigue sin inaugurarse, lo que nos parece una contradicción casi perversa, pues si no se consideraba digno de una debida inauguración, se puede considerar como una auténtica hipocresía el haberlo instalado. Incluso barajamos y expusimos a los responsables de entonces la idea de erigirlo en otra localidad fronteriza, extremo este que rechazaron de plano. O sea, se admitió la donación, pero sin reconocer la generosidad del donante, ni la originalidad de una idea pionera en Navarra, donde curiosamente, años más tarde han ido surgiendo otros monumentos, conmemoraciones, fiestas, crosses, visitas guiadas, rutas montañeras, pruebas deportivas, libros, etcétera, recordando este viejo y arriesgado trabajo.

A título de anécdota, no creo que sea casualidad que tanto en las preciosas inauguraciones de Ibardin, como en la de Zugarramurdi; además de los correspondientes aurrekus, txistularis, oradores y otros actos… no faltaron varios bertsolaris. Y es que como ya dijera de nosotros el famoso escritor y gran amigo de los vascos, Víctor Hugo: “Este es un país de poetas y contrabandistas”.