Los pasos de las elecciones son conocidos por todos: campaña electoral, fiesta de la democracia, análisis de los resultados. Aquí es donde aparece el consabido todos han ganado, pero en realidad los que ganan siempre son los expertos. La razón se resume en la sabiduría popular: una vez visto, todo el mundo es listo.

El resultado clave vendrá dado por la composición final de los dos bloques principales: PSOE más Sumar, PP más VOX. En teoría, quien obtenga un resultado mayor tendrá más legitimidad para gobernar, pero tampoco es necesariamente algo concluyente. Mandan los números, y basta llegar a 176. De hecho, si se usan tanto las cifras en los debates es debido a que no admiten discusión. Por ejemplo, si las pensiones suben un 3% suben precisamente ese 3%. Ni más, ni menos. Lo mismo ocurre con todas las votaciones. Por eso cuando vemos debates políticos cada representante lleva apuntados los números o indicadores estadísticos que más les interesan. Ahora bien, si estudiamos su lenguaje no verbal es difícil percibir una visión global de lo que se debe hacer, cómo debe hacerse y por qué debe hacerse. Vivimos la época de los spin doctors (asesores en comunicación política). Sus recomendaciones: reiterar mensajes, activar emociones. Una pena. Henry Kissinger, el joven (100 años) exsecretario de Estado de los Estados Unidos, expone en su último libro sobre los líderes más influyentes del siglo XX una característica fundamental de los mismos: tomaban decisiones después de pasar un largo tiempo de reflexión individual. Hoy reflexionan por ellos.

La estrategia que siguen todos los partidos es, en realidad, la misma. Saben que la mayor parte de la población no confía en ellos y les perciben así: “todos son iguales”. Por lo tanto, deciden diferenciarse en algún aspecto y repetir el mensaje. Es una idea que aplicó Yolanda Díaz (Sumar) en el debate del pasado 19 de julio, cuando no dejaba de incidir en que “Vox es el representante del PP”. Veamos cómo lo aplica cada partido. PSOE: “con nosotros no se van a perder derechos básicos, en especial los de las minorías”. PP: “con nosotros al menos la economía estará bien gestionada”. Sumar: “nosotros al menos nos preocupamos de las clases más desfavorecidas”. Vox: “nosotros nos dejamos de tonterías, la base es el patriotismo y eliminar los chiringuitos inútiles”. PNV, Geroa Bai o UPN: “con nosotros se va a escuchar vuestra voz en Madrid”. Bildu: “nosotros somos vuestros embajadores en España”. En resumidas cuentas, esto me recuerda el nombre más original que tenía un equipo deportivo: se llamaba nosotros. Tenía su gracia cuando alguien decía cuál iba a ser su próximo rival.

Boris Johnson, antiguo expremier británico, fue acusado de tener dos discursos preparados después del referéndum realizado en Gran Bretaña para decidir si el país se mantenía o no en la Unión Europea. El famoso Brexit. Los analistas hacen lo mismo. Un ejemplo sencillo: en el debate comentado en el párrafo anterior se ausentó Núñez Feijóo (PP). Es obvio que si el PP gana las elecciones se dirá que “su estrategia fue acertada” y si no lo hace que “cometió un error imperdonable”.

Otro aspecto relevante de los análisis electorales son las encuestas. Sorprendentes los resultados que otorgan a Navarra medios como El Mundo (PSOE dos diputados, PP uno, Sumar uno y Bildu uno) o EITB (PSOE dos diputados, PP dos, Bildu uno) en el sentido de que dejan a UPN sin representación en el Congreso, cuando tiene 15 parlamentarios de 50 posibles. Una simple regla de tres (15 es a 50 como “x” es a 5) nos lleva a una proyección de 1,5 diputados. Es una forma divertida de transformar parlamentarios en diputados. Basta dividir el primer número por 10, debido a que 50 es múltiplo de 5. Así, el PSOE con 11 parlamentarios obtendría 1,1 diputados. Con la misma lógica, Bildu 0,9; Geroa Bai 0,7; PP 0.3; Sumar 0,3;Vox 0,2. Ajustándolos mediante la ley D’hont, tenemos que UPN obtendría dos diputados, el PSOE uno, Bildu uno y Geroa Bai uno. La explicación de esta gran diferencia es una combinación de cuatro factores: metodología estadística, cambio de estrategia en el voto al ser elecciones nacionales, cambio de opinión y azar.

Por último, merece la pena reflexionar acerca de la incapacidad que muestran muchos de nuestros políticos para llegar a acuerdos razonables. Es un hecho muy preocupante. Debemos reflexionar acerca de ello: ¿tiene sentido que estemos todos los días con la misma matraca de decir que está mal lo que pactan los otros, en lugar de buscar puntos comunes? Este debate pertenece a los votantes de cada uno de los partidos. Es como decir a la iglesia lo que debe hacer sin ser cristiano. No lo olvidemos: los diputados representan a personas que les han votado. Punto.

Estimado lector, es tu momento.

Tú eliges.

Economía de la Conducta. UNED de Tudela