Recientemente el Observatorio de la Fiscalidad de los Residuos de la Fundació ENT ha publicado el estudio “Las Tasas de Residuos en España 2023”, de los investigadores Irene Castells, Pablo Pellicer e Ignasi Puig. En su elaboración, se han analizado las tasas domiciliarias y comerciales de una muestra de 131 municipios, incluidas todas las capitales del Estado.

El estudio señala como cuestión importante que “si bien la mayoría de entidades locales ya disponen de tasas de residuos o de una figura similar específica, en general están muy lejos del objetivo legal de la cobertura de costes. La cobertura media de costes estimada en 2021 fue del 58,8%, muy lejos del 100% exigido legalmente a partir de 2025, por la Ley estatal 7/2022, de 8 de abril, de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular”. Concretamente, en el estudio se viene a decir que la recaudación en el Estado español en concepto de tasas de residuos para la recogida y tratamiento –tanto domiciliarios como comerciales– para 2021, incluyendo todas las entidades locales municipales y supramunicipales que presentan datos, fue de 2.251 millones de euros, mientras que los gastos totales serían de 3.828 millones de euros.

La Ley 7/2022, de 8 de abril, de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular establece que en 2025 se debe instaurar de manera obligatoria “una tasa o prestación patrimonial de carácter público no tributaria, específica, diferenciada y no deficitaria” que refleje el coste real de las operaciones de recogida, gestión y tratamiento de residuos. Habría que decir también que, en el caso de Navarra, la Ley Foral de Residuos y su Fiscalidad, que fue aprobada el 7 de junio de 2018 de forma exitosa por el Parlamento de Navarra, es decir, prácticamente cuatro años antes, contempla el llamado pago por generación que responde al principio “quien contamina, paga”, pero que no se ha aplicado hasta la fecha. 

En el estudio de la Fundación ENT se viene a señalar que las tasas de residuos pueden ser uno de los instrumentos locales más eficaces para la promoción de buenas prácticas ambientales en materia de prevención y separación de residuos. “Si una parte variable de la tasa se vincula directamente a la generación y a la correcta separación de los residuos en origen –lo que se conoce como sistemas de pago por generación– se crea un incentivo económico para que la ciudadanía participe de estas prácticas”.

También se viene a decir que “si bien la Ley 7/2022 menciona por primera vez en una normativa estatal los sistemas de pago por generación, su aplicación hasta la fecha en el Estado español es testimonial”. En Navarra, como he señalado anteriormente, no se ha hecho nada al respecto, cuando está establecido por ley. Sin embargo, en los países europeos más avanzados en materia de gestión de residuos como Suiza, Alemania, Italia, Austria, Dinamarca y Holanda, se ha extendido el sistema de pago por generación, y nos encontramos con ciudades como Berlín, Milán, Bruselas, Múnich, Graz, Viena o Dublín, que funcionan así. Por tanto, el pago por generación no es una utopía, y se ha interiorizado este sistema de pagar en función a lo que depositas en los contenedores respectivos o en la recogida “puerta a puerta”.

El pago por generación significa que cada uno de los hogares y establecimientos tendría que contribuir en función de su generación real de residuos, haciendo realidad la máxima de “quien más contamina, más paga”, y no como hasta ahora que en la mayoría de municipios se paga una tarifa plana sin tener en cuenta la cantidad de residuos que cada cual genera. Existen distintos sistemas para conocer la cantidad de residuos generados, bien a través de la recogida “puerta a puerta” con un cubo o la bolsa de basura, que tienen en cuenta el volumen o peso de los residuos, y la frecuencia de la recogida. O, mediante contenedores inteligentes que miden el peso de los residuos o la frecuencia de uso a través de la identificación de los usuarios cada vez que los utilizan, por medio de tarjetas magnéticas, u otros métodos.

A la luz de los datos del estudio de la Fundación ENT, un 50,4% de los municipios analizados cuentan con un modelo de tasas con cuotas fijas, y, por tanto, todos los domicilios pagan lo mismo independientemente de si realizan o no separación de residuos. Aplicar una cuota fija implica que los domicilios que generan menos y reciclan más residuos están subvencionando implícitamente a aquellos con peores prácticas ambientales en materia de residuos. A raíz de los resultados de este estudio, el doctor Ignasi Puig Ventosa, investigador y responsable de proyectos de la Fundació ENT, considera que “la mayoría de ayuntamientos no son conscientes de las obligaciones que comporta la nueva ley en materia de tasas de residuos, ni de las oportunidades que depararía darles un pronto cumplimiento”.

Tras la publicación de que se puede subir la tasa de basuras próximamente, se han oído comentarios en el sentido de que el aumento de la misma se puede derivar de los mayores costes al poner en marcha sistemas personalizados de recogida de residuos. Pero, en mi opinión, no se trata de eso. La nueva tasa de basura persigue premiar con una reducción en la tasa de basuras a las y los ciudadanos que generen menos residuos, y, por tanto, además de ser una tasa más justa, es una buena medida para impulsar actividades más favorables al medio ambiente.

Esperemos que se aplique la ley estatal de residuos y se establezca el pago por generación, y, de esta manera, se premie a aquellas personas que se aplican en las tres erres (reducción, reutilización y reciclaje).

*El autor es experto en temas ambientales y Premio Nacional de Medio Ambiente